Todos los que nos movemos en el mundillo en torno a los mercados financieros esperábamos con ganas esta película de Scorsese. Lo que no esperaba yo, personalmente, es la claridad con la que se exponen al público, sin prejuicio alguno, algunos hechos sobre los que reflexionar más allá de la moral, los valores de nuestra sociedad y el dinero. Y es que "El Lobo de Wall Street" es una película dura en donde saltan a la palestra multitud de cuestiones éticas, empleando como telón de fondo el mundo de Wall Street de finales de los años 80. Escenas escandalosas de tono más o menos subido acerca del mundo de la prostitución, las drogas, los excesos y la prepotencia que puede, me imagino que en algunos casos, surgir del poder del propio dinero, van sucediéndose voluptuosas a lo largo de las 3 horas de proyección, conviviendo con la narración de las prácticas del día a día y la falta de respeto con las que en muchas instituciones tratan el ahorro y el dinero de los ciudadanos "sin conocimiento financiero".
No seré yo quien juzgue, porque los seres humanos somos de base bastante imperfectos, pero sí quiero exponer algunas verdades como puños extraídas de la película de Scorsesse y sobre las que merece la pena reflexionar:
Por cierto: para los que no estén familiarizados con este mundo, en toda la película no he visto ni un sólo personaje que identificar como Trader , tal y como se entiende el profesional que compra y vende en los mercados financieros para ganarse la vida con su dinero o el de terceros o incluso defender sus ahorros. La historia que se cuenta es la de un vendedor, no la de un Trader... un fantástico vendedor que basa sus beneficios no en el análisis sino en la manipulación. Pero el mercado está lleno de estos lobos, líderes o en manada, ávidos de dinero, que se mueven aprovechando los numerosos resquicios o imperfecciones del sistema. Y algunos de estos lobos se ponen piel de cordero y es difícil distinguirlos en el día a día, incluso porque muchas veces ni siquiera dan ellos la cara, sino que actúan a través de "otros" que, por ganarse el pan, no son ni conscientes de qué tipo de negocio realmente están ofreciendo cuando colocan inversiones ruinosas en manos de sus confiados clientes.
Por eso me gusta el Trading. Conocimiento y trabajo duro y constante me han ahorrado muchos disgustos y me han permitido manejar mi dinero con soltura, distinguir sendas por las que moverme con cierta seguridad en este escurridizo terreno que es el de los Mercados Financieros ya que, por ahora, es el único en el que podemos movernos para defender nuestro patrimonio de la inflación, puesto que necesitamos dinero para vivir. Ahora, cuando menos, distingo ya muchos lobos a una legua y me divierto observando sus movimientos. Ya sé que, como poco, les importa un pepino la rentabilidad real de mi dinero.