Un impuesto a las transacciones financieras, conocido como 'tasa Tobin', solo tendría sentido si se implantase coordinadamente al mismo tiempo en toda la Unión Europea, o de lo contrario, impactaría negativamente en la competitividad de las entidades financieras. Así lo ha asegurado en declaraciones a los medios durante la celebración de la IV Edición del Día de la Educación Financiera, en el que ha recordado que la CNMV tiene una posición "muy clara" desde hace años en relación a este impuesto que plantea ahora el Gobierno (Sebastíán Albella, presidente de la CNMV 1-10-2018) El Gobierno dio ayer luz verde a las decisiones previstas en la agenda de esta semana: los nuevos impuestos a las transacciones financieras y determinados servicios digitales, conocidos como tasas Tobin y Google.
Este impuesto gravará con un 0,2% las operaciones de compraventa de acciones de empresas españolas con una capitalización bursátil superior a 1.000 millones de euros. El sujeto pasivo es el intermediario financiero que transmita o ejecute la orden de adquisición, y deberá presentar una declaración anual del impuesto, tal y como se ha avanzado. Con esta medida el gobierno ha estimado recaudar 850 millones de euros.
Fácil eludir este impuesto y, además, con mejores resultados de los previstos en el mercado español: buscar plataformas extranjeras, que te compren valores extranjeros del mismo sector, que los españoles (energéticas, constructoras, bancos,telecos...). Es lo que se ha hecho en otros países con iniciativas similares.
Experiencias en otros mercados demuestran que los que imponen esta tasa, además de recaer en el pequeño inversor, terminan perdiendo volumen y capitalización.
Andres Llorente@andresllorente señala que Suecia y otros países ya aplicaron la tasa Tobin . Según recoge CME Group, los resultados en la mayoría de los casos fueron : volatilidad creciente del mercado, pérdida de liquidez, caída cotizaciones, recaudación que incumple expectativas, y una migración del mercado.
Suecia introdujo el impuesto de transacciones financieras en 1983 cobrando entre un 0,1 y 1% según productos. A lo largo de la década fueron ampliándolo. Las consecuencias fueron insostenibles:
1º De los 1500 millones de coronas pretendidas sólo se recaudaron entre 50 y 80.
2º El volumen de la Bolsa de Estocolmo cayó a niveles anormales.
3º La actividad se desplazó hacia las Bolsas de Oslo y Londres.
4º El 60% del trading sobre las 11 compañías con mayor volumen se fue a otras plazas.
5º Cuando la tasa se amplió al mercado de bonos el volumen disminuyó en un 85%.
6º En el mercado de futuros el declive fue del 93%. Ante los efectos perversos y nula recaudación la tasa se abolió el 15 de abril de 1991.
En Taiwán se estableció un impuesto sobre las transacciones en el mercado de futuros en el año 1993. Inmediatamente la “Taiwan Future Exchange” (TAIFEX) fue testigo de una disminución inmediata de volumen. El gran favorecido fue la Bolsa de Singapur (SGX).
Taiwán, ante los efectos adversos, redujo inmediatamente en impuesto en un 80% y el volumen de TAIFEX aumentó en un 300%.
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Joaquín Maudos@JMaudos: El impuesto a las transacciones financieras lo acabará pagando el cliente. Me sorprende que reclamemos una unión bancaria y del mercado de capitales europea, y que aprobemos un impuesto a escala nacional.
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José Carlos Díez@josecdiez: Tobin propuso su tasa para reducir extrema volatilidad del mercado de divisas en 1973 tras acabar el sistema de Bretton Woods. La volatilidad de la bolsa española está en mínimos históricos y la bolsa infravalorada. Esto es un impuesto más no una tasa Tobin