Miren este gráfico….
¿Qué pensarían si fueran las autoridades japonesas? Sin duda, se sentirían reconfortados. La nuestra estrategia económica (dinero público más dinero desde el BOJ) ha funcionado. ¿Y las reformas estructurales? Vendrán en el futuro. El futuro siempre deja margen para encontrar un camino que permita aumentar el crecimiento potencial de la economía. Pero, mientras llega ese futuro, la economía japonesa crece por encima de su nivel tendencial y, lo que parece más relevante, se ha superado la deflación.
¿Qué aún no lo tienen muy claro? Piensen sólo que la mayoría del mercado, nosotros incluidos, anticipamos que el BOJ aumentará la expansión monetaria en otros 15/20 tr.JPY durante el Q2. A sumar a las compras actuales de unos 50 tr. JPY al año. ¿Cómo no esperar en este escenario que el JPY siga depreciándose? Ahora piensen en tipos de interés nominales estables (de hecho, nulos) y tipos reales cada vez más negativos, piensen en la decisión que pueden tomar los hogares (más del 50 % de su riqueza en depósitos) e inversores institucionales (con cada vez menos activos domésticos ante el drenaje de papel desde el BOJ) y finalizaran aceptando que los flujos financieros y no tanto los comerciales seguirán presionando a la baja a la moneda. La cuestión de fondo es si hemos pasado de un modelo de tipo de cambio nominal apreciado para compensar la depreciación del tipo de cambio real al inverso. La clave la tendrán los salarios, de forma que la inflación importada se transmita al proceso productivo en términos de mayores expectativas de inflación. Como ven en el gráfico que les ofrecía al principio, la mayoría del mercado no lo tiene tan claro como el ejecutivo.
Decía hace unos días el Secretario del Tesoro norteamericano que Japón no puede descansar el cambio de modelo económico en una moneda en caída libre. Desde el Gobierno japonés se recuerda constantemente que el tipo de cambio lo establece el mercado. Y que luchar contra la deflación es prioritario. Es bueno para Japón y es bueno para el resto. La cuestión de fondo viene después: enfocándose en medidas monetarias expansivas y una política fiscal neutral (a corto plazo, intentando anular el impacto de la subida de impuestos con mayor gasto público), ¿no se estarán generando nuevos excesos en los mercados financieros que limiten la eficacia del pretendido cambio de modelo económico? Además, también es relevante como decía antes, la expansión de dinero japonés más tarde o más temprano afectará al resto de los activos financieros a nivel mundial. Si no lo está haciendo ya, aunque sea de forma indirecta por las expectativas (los mercados viven de expectativas).
Sin duda, este año será importante para valorar el éxito (aunque sea de corto plazo) del Abeconomits. Pero, también, para tratar de encajar el inicio de la normalización monetaria en Estados Unidos con la mayor expansión monetaria desde Japón. La mayor volatilidad que esperamos es un tema menor con respecto al importante debate que puede surgir sobre todo esto entre las autoridades a nivel mundial.