El petróleo ha seguido reflejando, una semana más, la enorme incertidumbre que tienen los agentes económicos sobre el futuro crecimiento económico una vez que la epidemia sea superada. Las dudas sobre la demanda en los próximos años son cada vez mayores, y han llevado a los futuros del crudo ligero americano (WTI) a su séptima semana de caídas en las últimas ocho, y a cerrar el pasado viernes en 18,12 dólares barril, sin fuerza para mantener ni siquiera el soporte de los 20 dólares.

Esa debilidad del petróleo contrasta con la fortaleza de las Bolsas, sobre todo de las americanas, cuyos índices han logrado cerrar una nueva semana de ganancias tras las espectaculares subidas de la semana anterior.

En ese comportamiento han tenido mucho que ver las compañías tecnológicas, y en particular algunas de ellas a las que los inversores consideran como claras ganadoras en el nuevo escenario que parece dibujarse para cuando termine el confinamiento. En concreto, Amazon y Netflix, cuyas ventas están creciendo claramente en este periodo de encierro forzoso, dándoles una ventaja diferencial frente a otras compañías más tradicionales.

Amazon, Netflix, y otras tecnológicas, se han convertido, de pronto, gracias a la situación de una gran parte de la población mundial, que no puede salir de su casa, y gracias a sus modelos de negocio, en "activos refugio" para unos inversores deseosos de encontrar un destino para su dinero que ofrezca una razonable combinación de seguridad y rentabilidad.

El Gráfico que adjuntamos muestra como Amazon y Netflix no solo han recuperado todo lo pedido en la caída de marzo, sino que, además, a pesar de las ligeras caídas de ambas en la sesión de cierre semanal del pasado viernes, sus cotizaciones están en máximos históricos de todos los tiempos y, en consecuencia, muy por encima de los anteriores máximos anuales de febrero.

¿Podrán mantener Amazon y Netflix estos niveles o incluso seguir subiendo?

Estamos hablando de dos compañías que han sabido innovar en sus respectivos sectores, transformando el mundo y haciéndonos a todos la vida más agradable. Dos compañías, además, cuya gestión es excelente, y que han sabido, sobre todo Amazon, capitalizarse y tener un balance sólido. Dos empresas, sin duda, ganadoras.

Pero no nos gusta comprar tras subidas tan verticales como las que muestra el Gráfico, que además se han acelerado en las dos últimas semanas. Además, tras esas fuertes subidas, tanto Amazon como Netflix cotizan a más de cien veces beneficios, un multiplicador muy exigente incluso para empresas con expectativas de crecimiento elevadas.

Por ello, preferimos abstenernos de entrar en Amazon y en Netflix a estos precios y esperaríamos más bien algún recorte que pueda llevar de nuevo a sus acciones a los niveles de mediados de marzo.