La Edad de la Razón (1770-1820) trajo consigo la aparición de personas brillantes que brindaron a la sociedad de nuevas tecnologías que mejoraron radicalmente el sistema productivo. En la economía comienza a surgir un nuevo pensamiento contrario al enfoque mercantilista (economía basada en un proteger el comercio y depender en exceso de las exportaciones para poder generar riqueza) y es en el año 1815 cuando Europa, sobre todo Gran Bretaña, comienzan un proceso de industrialización.
Como decía anteriormente, mentes brillantes surgieron y contribuyeron a una mejora de la sociedad. Jacques Turgot defendía la exención fiscal del comercio y la industria, reforma el sistema fiscal e intenta gravar a los ricos terratenientes. David Hume se opone al fuerte proteccionismo del comercio. William Pitt liberaliza el comercio. Edmund Burke critica la intervención del Estado en la regulación de los precios y salarios. Jean Baptiste Say afirma que en una economía no puede haber escasez de demanda ni saturación de productos. David Ricardo defiende el libre comercio y la especialización del trabajo.
Es un periodo en el que Richard Arkwright instala en Inglaterra un molino de algodón mecanizado y posteriormente se pone en marcha la primera máquina de vapor de James Watt, comenzando la revolución industrial. Una época muy interesante, en la que se produce la toma de la Bastilla en París que origina la Revolución Francesa, y también el Congreso estadounidense proclama la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.
Pero de entre todas estas personalidades ilustres, mención especial merece el escocés Adam Smith con su obra La riqueza de las naciones (año 1776). Defendía la idea de que las personas toman las decisiones económicas de manera racional primando el interés propio y no el general, pero que en una sociedad libre con unos mercados competitivos la economía en general termina beneficiándose también. Su libro suponía el primer gran trabajo de economía política clásica y liberal, aplicando a la economía, por vez primera, los principios de investigación científica, en un intento de construir una ciencia independiente, exponiendo cómo el egoísmo humano bastaría para aumentar la riqueza de las naciones, siempre y cuando los gobiernos dejasen hacer y no interviniesen con medidas reflexivas. Pero en el siglo XIX surgió una oposición a los postulados de Adam Smith, en contra de una economía capitalista con mercados libres.