La evolución de los dos valores a los que dedicábamos nuestra sección hace siete días ha sido dispar en la semana. Apple, impulsada por la subida de última hora del viernes, ha logrado cerrar la semana con un alza del entorno del 5%. Sin embargo, Tesla, que celebró su esperado Battery Day el pasado martes, en el que Elon Musk anunció la próxima entrada en fabricación de un nuevo modelo más barato, ha bajado casi un 8% en la semana, al no ser bien recibidos los mensajes de Musk.
En general, las tecnológicas han salvado la semana gracias al impulso de la última sesión, tras varios días de elevada volatilidad, y tras un amago de desplome en la sesión del miércoles 23, que finalmente no llegó a mayores. Pero, a pesar de haber sorteado lo peor, no cabe duda de que en septiembre se ha enfriado, al menos un poco, la euforia tecnológica, que probablemente había alcanzado niveles excesivos en agosto.
Lo curioso, tal y como se ve en el Gráfico adjunto, es que también el oro se ha enfriado en septiembre. O más bien antes de septiembre, ya que la cotización de la onza de oro marcó su máximo el 6 de agosto en 2.075 dólares y a partir de ahí inició una corrección que se ha prolongado a lo largo de todo agosto y septiembre.
La evolución comparada del oro (línea azul) y el Nasdaq Composite (línea roja) nos permite ver como el oro se ha comportado, paradójicamente, de forma muy parecida al índice tecnológico Nasdaq, lo cual es sorprendente porque el oro es el paradigma de activo "seguro" mientras las acciones tecnológicas se asociaban tradicionalmente con el riesgo y la innovación.
Igual que el Nasdaq, el oro corrigió con fuerza a fines de febrero y en marzo para luego iniciar una "remontada" que le llevó hasta sus máximos de principios de agosto. La única diferencia es que el oro empezó a corregir casi un mes antes que las tecnológicas, como también se aprecia en el gráfico, pero salvo ese pequeño desfase, la evolución es muy similar.
La pregunta es ¿si el oro es un activo refugio, por qué se comporta igual que un activo de riesgo como las compañías tecnológicas? Hay varias respuestas a esa pregunta. La primera sería pensar que las tecnológicas también están actuando en cierto modo como "activo refugio" y como activo "seguro", ya que los inversores ven en ellas a las empresas ganadoras tras una pandemia que ha acelerado enormemente el tránsito hacia la sociedad digital. Invertir en tecnológicas sería una forma de protegerse frente a un futuro incierto, igual que lo es comprar oro.
Una segunda respuesta es que el oro no es realmente un activo "refugio" sino un activo "alternativo". Es decir, no sirve tanto para protegernos de la inflación sino para mantener valor en el caso de desórdenes monetarios, uno de los cuales, pero no el único, puede ser la inflación. Ante una pérdida de confianza en el dinero, derivada del abuso por parte de los Bancos Centrales en la emisión de nuevos dólares o euros o yuanes o yenes, el oro sería un activo no sujeto a las decisiones de los Bancos Centrales y además seguro.
Los inversores estarían mirando así al oro como un activo alternativo, que comparte ciertas características y ciertas funciones comunes con las tecnológicas, pero cuya dinámica de creación de valor es diferente.
Esa explicación ayuda a entender el paralelismo, en principio sorprendente, entre la evolución del oro y del Nasdaq estos últimos meses, al ser el oro y las tecnológicas dos activos muy diferentes pero que ayudan a combatir los mismos "miedos" de los inversores, cada uno a su manera.