Hace años, tenía un compañero en el banco de inversión donde trabajaba, al que todos considerábamos como un gestor brillante y muy seguro de sí mismo. Demasiado desde mi punto de vista. De hecho, tras esa aparente seguridad, algo que supe años más tarde, se escondía una personalidad insegura y lleno de complejos profesionales. "Soy como un perro chico", me comentó en una ocasión. "Ladro para ocultar mi inseguridad". Sufría lo que se conoce como "síndrome del impostor", un mal mucho más extendido de lo que creemos.

¿Qué es el síndrome del impostor?

Como señala Nick Routley en VC: Las personas que padecen el síndrome del impostor dudan de sus habilidades y logros, viven con el temor de ser expuestos como no dignos de su puesto e incluso restan importancia a su éxito, atribuyéndolo todo a la suerte o la buena fortuna.

Estos sentimientos, que en un principio se conocieron colectivamente como "fenómeno impostor", se introdujeron en un estudio de 1978 de 150 mujeres de gran éxito. Hoy en día, tenemos una visión aún más matizada de cómo los sentimientos de ansiedad e insuficiencia pueden afligir a las personas en un entorno profesional.

Arquetipos del síndrome del impostor

Según la Dra. Valerie Young, una destacada experta en el tema del síndrome del impostor, estos sentimientos de duda propia no son válidos para todos.

Aquí están los cinco tipos diferentes de síndrome del impostor:

Comprender los diferentes tipos de síndrome del impostor es un primer paso importante, ya que cada manifestación requiere un conjunto de herramientas único de soluciones para ayudar a superar esta trampa psicológica común que experimentan los profesionales.

Asesinando la duda de uno mismo

Si bien el síndrome del impostor puede afectar a cualquiera, se ha demostrado que las mujeres lo experimentan con más frecuencia, incluso una vez que han experimentado altos niveles de éxito en su carrera.

Un estudio reciente de KPMG de 750 mujeres ejecutivas de alto rendimiento encontró que:

El 75% había experimentado el síndrome del impostor en algún momento de su carrera.

El 81% de estas mujeres también cree que se presionan más a sí mismas que a sus homólogos masculinos.

Aunque se han logrado avances, la falta de diversidad todavía alimenta algunos de estos sentimientos. El 32% de las mujeres se identificaron con el síndrome del impostor porque no conocían a otras personas en un lugar similar a ellas ni personal ni profesionalmente.

Cuando se trataba de combatir los sentimientos de inseguridad, muchas mujeres encontraron apoyo dentro de su red y organizaciones:

El 72% dijo que acudió a un mentor o asesor de confianza en busca de ayuda y consejo cuando surgiera la duda.

El 54% recibió apoyo y orientación de los gerentes de desempeño.

Crear activamente una cultura que apoye las conversaciones honestas en el lugar de trabajo es clave para ayudar a las personas a eliminar las dudas profesionales.

Lacartadelabolsa