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Gráfico Semanal: Los 30.000 puntos, un nuevo hito para el Dow Jones

por Renta 4 Hace 3 años
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En una semana llena de noticias relevantes, entre otras la ruptura de las conversaciones de fusión entre los dos valores a los que dedicábamos nuestra sección hace siete días, el BBVA y el Sabadell, había muchos candidatos a ocupar nuestro Gráfico semanal. Pero es casi obligado elegir, entre ellos, al índice bursátil con más solera, el Dow Jones, que el pasado martes cerraba por primera vez en su historia por encima de los 30.000 puntos.

Hace más de dos décadas, en 1999, poco antes del pinchazo de la burbuja de las punto com, en un libro publicado bajo el llamativo título "Dow 36.000", dos economistas americanos, James Glassman y Kevin Hassett, pronosticaron que el Dow llegaría a los 36.000 puntos a principios de la década de los dos mil, impulsado por una disminución de la prima de riesgo exigida a la renta variable en relación con los bonos.

La tesis era relativamente sencilla. Si descontamos los beneficios de las acciones del Dow, decían Glassman y Hassett, utilizando el tipo de interés del activo sin riesgo (bonos del Tesoro) pero eliminando la prima de riesgo que se añade a dicho tipo de interés, el valor del Dow debería ser de 36.000 puntos.

Los autores partían de la base de que, a largo plazo, los beneficios siempre crecen, y más aún los de empresas tan importantes como las treinta que forman parte del Dow Jones, y por tanto un inversor, incluso conservador, al que no le inquieten los vaivenes del corto plazo, debería comprar acciones sin incorporar la prima de riesgo. Lo decía cuando el Dow Jones apenas sobrepasaba los 10.000 puntos.

De alguna manera, ese planteamiento, que en aquel momento fue recibido con abierto escepticismo, que en algunos casos llegaba a la burla y al sarcasmo, es el que hoy están aplicando los inversores tras la pandemia.

El Dow Jones se renovó a fines de agosto de este año, incorporando tres valores de sesgo tecnológico (Salesforce, Honeywell y Amgen) en lugar de Exxon, Raytheon y Pfizer. Antes, en las revisiones de 2004, 2013 y 2015, el Dow se había modernizado incorporando valores como Apple, Visa, Goldman Sachs o Nike.

Hoy la composición del Dow tiene poco que ver con la originaria de 1882, cuando estaba compuesto solo por doce empresas, todas ellas industriales. Valores como Apple o Salesforce dan un claro sesgo tecnológico al viejo índice industrial, y han ayudado mucho a ese nuevo hito que acaba de conseguir el Dow Jones.

¿Qué hacer ante el Dow 30.000? ¿Es mejor vender y realizar beneficios o hay que comprar más para aprovechar la tendencia? Probablemente la respuesta depende de que nuestro enfoque sea a corto o a largo plazo.

Si pensamos en el largo plazo, como Glassman y Hassett lo hacían en 1999, lo mejor es comprar y olvidarse. Pero hay que saber que quienes invirtieron a mediados de enero del año 2000 con el Dow cerca de los 12.000 puntos, tras leer el libro de Glassman y Hassett, tuvieron que soportar que en el 2002 el Dow bajase de los 8.000 puntos y en marzo del 2009 el Dow bajase de los 7.000 puntos.

Una recomendación razonable es la de ir haciendo la cartera de inversión poco a poco, a lo largo del tiempo. Es preferible evitar movimientos bruscos en la cartera, de cero a cien o de cien a cero, y esa es seguramente la mejor recomendación también en estos momentos. La recomendación de resistir el miedo a quedarse fuera, y hacer las cosas con tranquilidad, sin precipitarse. Pero sabiendo que la historia nos dice que el largo plazo está a favor de la inversión en acciones. 

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