¿Recesión perpetua? ¿Recuperación en un año? Economistas profundamente divididos sobre el futuro de Estados Unidos. Hay quien sostiene que su hegemonía está en peligro. "A menos que EEUU tome medidas para realizar reparaciones sistémicas diseñadas para brindar una mayor oportunidad para que más estadounidenses logren el crecimiento personal y la seguridad financiera, las consecuencias probablemente serán dolorosas para el país", avisaba Dalio hace una semanas, a la vez que dejaba un mensaje para el futuro gobernante: "Reúna a partidos de ideologías opuestas que también estén informados, no solo inteligentes sino que estén en el terreno, para elaborar un plan conjunto que todos puedan apoyar para que seamos productivos, aumentando el tamaño del pastel y dividiéndolo bien".
Ray Dalio, fundador de Bridgewater, ha advertido en los últimos meses del progresivo declive de EEUU como potencia. Va un paso va más allá e insiste en una idea clara, contundente: el mundo, tal y como lo conocemos, va a cambiar de manera "impactante" en los próximos cinco años.
En una extensa entrevista concedida a Marketwatch hace unas semanas, el multimillonario aseguraba que la razón de este cambio de paradigma es un triple desafío que EEUU ya sufrió de 1930 a 1945 y que ahora encara con unos síntomas preocupantes. En palabras de Dalio, son el problema del ciclo del dinero que pone en peligro el valor del dólar, la brecha en la riqueza por la falta de igualdad en las oportunidades laborales y económicas y la aparición de China como gigante emergente amenazan el estatus internacional de EEUU y la jerarquía actual: "EEUU es un imperio de 75 años y muestra signos de declive".
Dalio hizo especial hincapié en un problema en el que ha insistido varias veces: la que, a su juicio, es una excesiva monetización de deuda y una gran impresión de dinero. Esto hace, según Dalio, que el dólar pueda estar "amenazado" como divisa de reserva. Hace tan solo unos días, el magnate incidía en los perjuicios que podían provocar a la economía estadounidense las medidas tomadas en el contexto de la pandemia de coronavirus y llamaba la atención la devaluación de la moneda estadounidense y la revalorización en paralelo de las divisas de otros países desarrollados.
Según Dalio, EEUU gasta más de lo que ingresa y eso supone una señal de alarma inequívoca: "No tiene un buen estado de resultados y un balance general para tratar con el resto del mundo. Tiene un déficit para el resto del mundo que se financia pidiendo dinero prestado, por lo que estamos generando pasivos". Y avisa, si las condiciones no mejoran, "en los próximos cinco años, se podría ver una situación en la que los extranjeros que han estado prestando dinero a EEUU no querrán, y el dólar no sería tan fácilmente aceptado para realizar compras en el mundo".
Por todo esto, EEUU, que ha ido asumiendo un mayor déficit y una mayor carga de deuda y de estímulos fiscales, le supone una prueba y una amenaza clara de pérdida de hegemonía que ya sufrieron otros "imperios" con consecuencias negativas, explica Dalio. El magnate pone de ejemplo a los imperios holandés e inglés, que terminaron claudicando ante una deuda tan ingente que se les terminó por echar encima.
Estas observaciones no suponen, o al menos eso dice Dalio, una enmienda a la totalidad del capitalismo. De hecho, el fundador de Bridgewater alude a la 'conversión' de China a ese sistema y explica que la misión de los países es conseguir que el "pastel económico" se divida de la manera adecuada para que el sistema siga funcionando con éxito: "A medida que disminuye el número de personas que obtienen igualdad de oportunidades, se reduce la posibilidad de encontrar personas con talento en esa población, lo que no es justo y socava la productividad. Entonces los que no tienen quieren derribar el sistema capitalista en un momento de malas condiciones económicas".
Dalio invita al próximo presidente a luchar por la productividad y la igualdad de oportunidades, su receta para combatir los problemas que cercan a EEUU
La receta de Dalio para combatir esta dinámica peligrosa es productividad e igualdad de condiciones. Y el encargado de ponerse manos a la obra con este desafío, que saldrá de las elecciones presidenciales de EEUU, tendrá varios deberes.