En Marzo el mercado sufrió una de las mayores caídas en vertical que ha experimentado y durante tres semanas llegó a alcanzar un derrumbe de casi un 40% debido a la propagación del famoso coronavirus, con motivo del confinamiento muchas personas se fijaron en los noticiarios y en como los mercados se sumían en el pánico, algo que llamó la atención de miles de personas que hasta entonces habían sido ajenas al mundo de las inversiones y que comenzaron a abrir posiciones en bolsa anticipando una posible salida de la crisis cuando se encontrase la solución al virus.
En Abril se acumularon tal cantidad de apertura de nuevas cuentas de valores en los principales brokers on line que dichos brokers se encontraban desbordados y no podían dar de alta a dichas cuentas hasta que no transcurriesen 20/25 días. Brokers como DeGriro o Plus500 experimentaron unas tasas de incremento en el número de usuarios nuevos jamás experimentadas y miles de esos nuevos inversores/especuladores entraron en un mercado claramente en recuperación, una recuperación que se ha visto fuertemente disparada con el anuncio de las nuevas vacunas que vaticinan el final de la pandemia del coronavirus.
Ahora terminamos 2020 con una sensación de que lo que hemos vivido en este año de sobresaltos ya lo hemos experimentado en el pasado, la situación recuerda a la del inicio de 2000 no ya por las excesivas valoraciones de las tecnológicas (que en parte la recuerda) aunque en este caso las altas valoraciones parecen estar bastante más justificadas, sino porque cuanto más percibimos que un activo está sobrevalorado más veloces son las subidas que siguen experimentando esos activos y mayores son las rentabilidades que en escasos meses muestran esos activos.
Llegados a este punto la sensación de Deja Vú es fuerte, ya que fruto de la avalancha de nuevos inversores que hasta Marzo, Abril o Mayo eran ajenos al mundo de la bolsa, vemos como muchos de ellos, sin apenas experiencia en los mercados de valores se vanaglorian a través de sus cuentas de twitter de haber conseguido unas rentabilidades de hasta tres dígitos en escasos meses e invirtiendo en activos sumamente especulativos y difícilmente valorables.
Estos nuevos especuladores, sin apenas experiencia, formación o conocimientos acumulan miles de seguidores que persiguen sus comentarios como si de auténticos gurús de las inversiones se tratase, mientras cuestionan la experiencia obsoleta de afamados inversores que durante décadas han demostrado saberse manejar por los mercados financieros, comentando que rentabilidades anualizadas de un 15/20% son escasas dado que ellos las obtienen en apenas escasos días.
Esta nueva generación de inversores a la que se ha venido a llamar la generación Robin Hood, sabe manejarse bien a través de las redes sociales y foros, se siente plenamente identificada con la tecnología y saben que vivimos en un mundo donde las oportunidades y la información fluye con gran rapidez y está en permanente cambio, algo que contribuye a que se sientan cómodos con la actual situación del mercado.
Pero quizá no sepan que una situación como la que se ha dado este año en el mercado de valores es tremendamente difícil de repetir ya que es extraño ver como valores que se pensaba que cotizaban caros, cuanto más caros cotizan por valoración más se disparan y siguen subiendo en bolsa.
Tesla y sus coches futuristas eléctricos están batiendo las previsiones de mercado y ha conseguido generar beneficios durante un año consecutivo, pero sus acciones difíciles de valorar y que ya se percibían caras han multiplicado su precio desde Marzo por 7 y en bolsa vale 700.000 millones de dólares casi 8 veces más que Volkswagen y casi 4 veces más que Toyota que son las dos empresas que más beneficios generan del sector… ¿Hasta donde es justificable que sus acciones sigan subiendo sin parar?
Otros nuevos especuladores ven el futuro en el bitcoin y las criptodivisas, un activo que cuando surgió la crisis del coronavirus sufrió una caída de 10.000$ a 4.000$ y que desde Marzo ha multiplicado su precio por casi 9 veces, reconozco no ser ningún experto en este tipo de activos en los que jamás he invertido, pero me resulta chocante encontrar a tanto inversor ajeno al mundo de las inversiones que se jacte en tan solo unos meses de haber conseguido semejantes rentabilidades en un activo que sinceramente no encuentro manera de determinar si su valor real puede ser de 5.000$ o 50.000$.
Dijo Warren Buffett que en los mercados financieros se transfiere dinero de los inversores más impacientes a aquellos más pacientes y mi experiencia en algo más de 20 años manejándome por ellos ha sido también esa, pero veo que en este año atípico esto no ha ocurrido, la volatilidad extrema que hemos tenido en 2020 ha permitido que mucho Robin Hood intrépido se haya podido beneficiar de ella consiguiendo rentabilidades que en algunos casos han llegado a ser de tres dígitos. Cuando la especulación se adueña de un activo es cierto que puede llevar a disparar su precio muy por encima de su valor real, pero ojo que cuando el mercado se dé la vuelta se verá quien estaba nadando realmente desnudo y será el momento en que el mercado vuelva a convertirse en una bascula perfecta para medir su valor real, como siempre ha ocurrido en el largo plazo.