Publicada originalmente en noviembre del 2013.
Comencemos con el artículo de hoy. He dedicado gran parte de mi carrera al trading de opciones de monedas tanto en mercados emergentes como en G10. Independientemente del economista que vive en mí, por una cuestión de instinto básico de trader (que también vive en mí), me resulta interesante analizar el accionar del Banco Central de la República Argentina en materia cambiaria. ¿A quién escucho más, al economista o al trader?: obviamente al trader, empecemos entonces.
El Peso Argentino se ha venido “mini-devaluando” diariamente desde hace meses ya. Sin embargo, tal como muestra la tabla de abajo, estas mini-devaluaciones diarias del Peso han sido ineficaces en cumplir dos objetivos claves: a) frenar la pérdida de reservas, b) achicar la brecha cambiaria.
Primero, si se “mini-devalúa” todos los días para “que no se note” a esta altura de los acontecimientos es bastante obvio que Argentina está devaluando su tipo de cambio oficial. Por lo tanto “mini” o “no mini” te recarga expectativas inflacionarias o sea, el costo se paga igual. Por otra parte, devaluar no necesariamente es una mala noticia en la medida que se contemple el equilibrio general de la devaluación acoplándola entre otras cosas a decisiones de política monetaria como por ejemplo, tasas de interés, expansión de base y anclaje de expectativas inflacionarias. Argentina tiene un serio desajuste de precios relativos y la devaluación es una forma de comenzar a sincerar dicho desequilibrio en la medida que se la implemente adecuadamente. Que el Blue esté en 10 implica que el mercado ya tomó la decisión de devaluar, le quedaría entonces al Central acoplarse en forma ordenada a una realidad consumada.
Segundo, tal como hemos comentado varias veces, devaluar en equilibrio parcial no sirve porque el Blue (también el celeste, el rosa, el gris, el amarillo, el naranja, etc.) se sigue escapando y por lo tanto la brecha cambiaria no se achica. Bajo la hipótesis de no cambio sustancial en el modelo económico actual, devaluar sin utilizar simultáneamente una suba en la tasa de interés implica que el Blue sigue sin un firme competidor en Pesos por lo que la demanda por Blue no afloja. Al no bajar, su precio permanece con tendencia alcista y por lo tanto la mini-devaluación no cumple uno de sus objetivos: achicar la brecha cambiaria. Obviamente que la suba de tasas no es gratis, la misma frenará a la economía aún más. Pero, mini-devaluar sin hacer otra cosa, tampoco es gratis en el sentido que no logra achicar la brecha cambiaria, algo que estrangula a más de un productor con ingresos anclados al oficial y costos anclados al mercado local. Tampoco vivir desde el 2011 en estado de cepo cambiario es gratis, la actividad económica se ha resentido considerablemente por esta medida. Haber devaluado en 2011 versus el cepo probablemente hubiese sido una decisión mucho más eficaz y eficiente.
Tercero, y esto tengo la sensación es lo más importante dado que la caja en dólares es la principal preocupación actual. Una mini-devaluación cotidiana tal como venimos observando desde hace tiempo ya genera la expectativa de mini-devaluaciones futuras por lo que posterga la liquidación de dólares, uno de los principales aspectos positivos de la devaluación en el contexto actual de pérdida de reservas. La razón es sencilla: si un exportador cree que el dólar oficial estará más alto la semana próxima espera y liquida más tarde. De esta forma, uno de los aspectos positivos de la devaluación, “entrada de nuevos dólares”, se neutraliza por la forma en la que la misma se implementa. Una mini-devaluación cotidiana genera la expectativa de más “mini-devaluaciones” y eso frena la liquidación de dólares dado que se genera en el exportador la expectativa de vender sus dólares más caros en un futuro cercano. Paradójicamente, la mini-devaluación dificulta el hacerse de caja en el cortísimo plazo: un objetivo clave de la coyuntura actual.
En algún momento se deberá pensar el problema cambiario en equilibrio general lo que implicará la concepción de un plan integral que se base primero en una recomposición del stock de reservas vía un financiamiento externo y responsable de largo plazo y con ello darle al Central el suficiente pulmón para poder liberar el cepo y con ello a la economía en su conjunto. La mini-devaluación con cepo cambiario termina neutralizándose a sí misma y paradójicamente recalienta al Blue y a las expectativas inflacionarias. Mientras siga el cepo veremos solamente un parche detrás de otro sin un cambio sustancial a nivel macroeconómico.