Los gurús lo ven muy complicado ¿Ganar dinero? Misión imposible. Empezamos por Bill Gross: “Haya vacuna para el COVID-19 o no, hay poco dinero que ganar en casi ninguna parte del mundo”, sentencia el mítico gurú de la renta fija en su última carta de previsiones. Al igual que su hijo Nick (a quien dedica una extensa crítica por su pasión por los tatuajes), el mundo ha sido marcado por un virus invisible. Pero a diferencia del tatuaje en el labio de prole, las consecuencias son muy visibles. La vida para más de 7.500 millones de personas ha cambiado en maneras inimaginables. “Los inversores se han preguntado si la cosas alguna vez volverán a ser las mismas. Y ante la contestación de probablemente no, ha empezado la carrera por encontrar a los supuestos ganadores y perdedores”
Ya en su anterior Investment Outlook Gross analizó los tipos de intereses reales entre Estados Unidos y Europa como motor de esa disparidad en el comportamiento de los activos cotizados a favor del primero. “La economía de Estados Unidos ha recibido un estímulo fiscal mayor que en cualquier otra parte del mundo. Las tasas de ahorro personal en el país nunca llegaron a caer y de hecho ha crecido un 12% anual. Alemania y otras economías europeas decidieron inyectaron estímulo más ligero directamente a las corporaciones, mientras que el Tesoro y la Fed directamente han dado dinero helicóptero a través de beneficios por desempleo y otras garantías para poner dinero directamente en los bolsillos de los trabajadores”, escribe Regina R. Webb |Funs People
Ahora bien, Gross invita a pensar en si Estados Unidos será capaz de mantener esa ventaja en el futuro. El ex gestor se muestra dubitativo: “Mi opinión es que la mayoría, si no todo, el estímulo fiscal en EE.UU. se ha acabado. Seguir impulsando la economía en años futuros requeriría no un déficit de 4 billones de dólares sino uno de 5 o 6 billones de dólares. Y para reducir el déficit a 3 o 2 billones tendríamos que pasar por lo que los economistas llaman el lastre fiscal" y se tendría que compensar con un crecimiento anual del 6-7% durante años y años en el sector privado. Un sueño Trumpiano o Bideniano, supongo, pero no realista”.
En su opinión, un inversor debería jugar a la defensiva. ¿Refugiarse en bonos? Al contrario. Gross se refiere a apostar por aquellos sectores repudiados: el tabaco, la banca. “Sí, incluso en compañías cotizadas en Europa que no se han disparado con sueños de una prosperidad económica empujada por unos tipos de interés artificialmente bajos”, insiste.
«Si vemos las valoraciones nada parece barato y creemos que la mayoría de las buenas noticias económicas están ya descontadas por el mercado» afirma Joachim Fels, asesor económico global de PIMCO. Aunque la gestora sigue estando sobreponderada en algunos segmentos del mercado de renta variable, en sus carteras están muy centrados en la liquidez y en evitar aquellos segmentos de mercados demasiado populares, ya que, según indica “Este año es muy diferente a los anteriores ciclos económicos por lo que la incertidumbre es elevada”.
El segundo mensaje tiene que ver precisamente con su visión sobre el mercado a nivel regional. En un mundo postpandémico que dejará consigo una desglobalización, el experto recomienda a los europeos viajar fuera de Europa para encontrar las oportunidades que aún quedan en mercado. «Creemos que están las oportunidades más fuera de Europa que en Europa, ya que hay otros mercados que tienen más tecnología, mejores rentabilidades y mejores previsiones económicas». De ahí que en acciones estén sobreponderados en EE.UU y Asia e infraponderados en Europa y emergentes, con la excepción de China.
En renta fija, muestran preferencia por los bonos de gobierno de EE.UU, por huir de los segmentos de investment grade y por mercados emergentes pero siendo muy selectivos. «La diversificación global tiene aún más sentido que la tenía en el pasado», recomienda.
El tercer mensaje que lanza a los inversores es acerca de uno de los grandes riesgos a los que se enfrenta ahora el mercado: el riesgo de inflación. No obstante, quita nerviosismo al asunto al dejar el alza de la inflación como algo más de corto plazo que de medio o largo. «Hay un riesgo alto de inflación en los próximos meses, creemos que puede irse hasta el 3 o 4% y eso generará volatilidad en los bonos, pero también en el mercado de acciones», afirma. Pero a continuación, puntualiza: «Será un alza temporal y se quedará por debajo del objetivo de inflación de la Fed y del BCE a finales de año», De hecho, desde la gestora creen que no será hasta 2022 cuando la Fed empiece a la retirada de estímulos reduciendo sus compras de bonos y no vislumbra alzas de tipos hasta 2023.
Bank of America espera una rentabilidad del S&P 500 de solo un 0,2% durante la próxima década.