¿Han escuchado ustedes alguna vez el concepto “salarios eficientes”? Se basa en que las empresas pagan por encima del salario del mercado, ya que les conviene a los empresarios puesto que obtienen más de sus trabajadores.
La idea es que los salarios de eficiencia frenan la posibilidad de que los trabajadores se vuelvan unas personas vagas y sin motivación. Defiende la idea de que si los trabajadores supiesen que el día que sean despedidos van a encontrar trabajo enseguida tenderían a estar tranquilos. En cambio, unos salarios más elevados y saber que estando desempleados pueden tardar bastante tiempo en encontrar otro empleo que les interese a nivel económico, ha ce que los trabajadores no se relajen nunca y den lo mejor de sí mismos cada día en sus trabajos.
Por tanto, este tipo de salarios son utilizados por muchas empresas para aumentar la productividad. El salario de equilibrio en un mercado es la tasa de equilibrio establecida por el juego de la oferta y de la demanda. Si la cantidad demandada de trabajo es igual a la cantidad de oferta del mismo, se produce un precio de equilibrio. Así pues, los salarios por eficiencia se produce cuando una empresa, deliberadamente, fija el salario de un trabajador por encima de la tasa de equilibrio del mercado.
Se suele argumentar como cuestión negativa que pueden provocar mayores tasas de desempleo, ya que al estar los salarios por encima del salario equilibrio, se produce un excedente del consumidor ( diferencia entre lo que la empresa está dispuesta a pagar al trabajador y el salario real pagado). Además, reduciría la demanda de más trabajadores, ya que se han vuelto más caros.
La parte positiva es que debido al desempleo, los trabajadores se esfuerzan más para conservar sus puestos de trabajo, con lo que la motivación por hacer las cosas bien se incrementa.
Es cierto que al tener una empresa mayores salarios se disparan los costes de producción, de manera que los precios tendrían que ser más altos y los beneficios serían menores. Pero la teoría dice que puede compensar, puesto que la productividad del trabajador crecerá a una mayor tasa que el aumento del salario, de manera que los ingresos y las ventas deberían de subir y las empresas obtener mayores beneficios.
Un ejemplo real e innovador: Henry Ford aumentó el sueldo de sus empleados, exactamente a 5 dólares por día con la finalidad de que estos comprasen los productos que ellos mismos fabricaban. La filosofía de Ford de que sus trabajadores deberían de ser sus mejores clientes fue toda una revolución en aquella época, una idea muy criticada por sus competidores, pero el tiempo le dio la razón.