Decíamos hace siete días que el mundo flota en la liquidez, y esta última semana hemos tenido ocasión de comprobarlo de forma muy clara con la corrección y posterior subida de las tecnológicas.
En las tres primera sesiones de la semana el Nasdaq experimentó, por primera vez en varios meses, una caída del 6%, que, a diferencia de la de febrero, no ha llegado a ser una "corrección" en sentido técnico (caída de más del 10% desde máximos) pero sí que supone un susto serio para los inversores, porque se produce después de haber presentado las tecnológicas unas cifras magnificas en el primer trimestre.
Tras el susto ha venido, el jueves y el viernes, la recuperación y al final la caída semanal se ha quedado en el 2,3%, pero la caída en tres días (lunes martes y miércoles) de 13.800 a 13.000 merece una cierta reflexión, aunque sea solo por el hecho de que son ya cuatro las semanas consecutivas de caída del Nasdaq y en esas cuatro semanas el Nasdaq acumula una caída del 4,4%.
Las tecnológicas han tenido ya tres avisos en lo que va de año. El primero fue a fin de enero y no fue ni muy intenso ni muy duradero. El segundo fue bastante peor y se prolongó desde la segunda semana de febrero hasta la primera semana de marzo. Vino luego una extraordinaria recuperación, que llevó al Nasdaq a sus máximos anuales a fines de abril, momento en el que empieza la actual fase de debilidad.
Los temores de inflación han estado detrás de esas tres caídas porque una eventual subida de tipos sentaría muy mal a las tecnológicas, cuyos beneficios normalmente se plantean más a futuro que los de otras compañías. Sin embargo, esta última semana el Nasdaq empezó a subir justo después de publicarse el miércoles la inflación de abril, que superó con mucho las estimaciones.
La remontada del Nasdaq se ha quedado a la mitad y por ello la pregunta que sugiere el gráfico es ¿va a continuar la recuperación de las tecnológicas?
En un mundo lleno de liquidez las tecnológicas también flotan en esa liquidez, y por tanto es difícil que tengan un serio recorte. Pero no hay que olvidar que el Nasdaq subió el 44% en el 2020 tras subir el 35% en el 2019 y por tanto un eventual recorte adicional del índice tecnológico no afectaría en absoluto a la tendencia alcista de largo plazo, que es realmente espectacular. Recordemos que en el 2010 el Nasdaq estaba en torno a 2.500 puntos y en el 2015 en torno a 5.000 puntos. El viernes cerró en 13.429 puntos.
Es muy difícil saber si las caídas del Nasdaq han terminado o no, pero nos inclinaríamos a pensar en una fase de tranquilidad o incluso ligera corrección en el Nasdaq, compatible con nuestra plena convicción de que las compañías tecnológicas van a seguir siendo las líderes del mercado alcista en los próximos años, porque son las que van a crear mayor valor para la economía y mayor bienestar y progreso para las personas.