Nuestro valor de la semana pasada Tesla cerró el viernes en máximos históricos de todos los tiempos tras haber presentado muy buenas cifras del tercer trimestre con una subida del 57% en los ingresos que han permitido quintuplicar las ganancias respecto al pasado año.
En principio la subida de Tesla y la de algunas otras grandes tecnológicas como Netflix, EBay o Microsoft, que también acariciaron el pasado viernes sus máximos históricos, podría dar por zanjada, en sentido positivo, la pregunta de si las tecnológicas vuelven o no a tomar el liderazgo de las subidas en Bolsa.
Sin embargo, el tema no esta tan claro. Otras tecnológicas, igualmente importantes, lo han pasado mal esta última semana. Intel, la legendaria compañía de microchips fundada por Gordon Moore, que disputa el liderazgo mundial a Taiwan Semiconductor (TSMC), cayó en Bolsa un 11,7% el viernes tras publicar unos resultados que quedaban por debajo de las expectativas debido a los problemas de suministro que afectan de lleno a los semiconductores.
Por su lado Snap se desplomó el viernes un 26,6% tras anunciar unos malos resultados, afectados en parte por las nuevas políticas de privacidad de Apple, pero, sobre todo, porque, según dijo Evan Spiegel en la presentación de resultados, algunos grades clientes están menos dispuestos a gastar en publicidad como consecuencia de las interrupciones en las cadenas de suministro y de la escasez de oferta en el mercado laboral. Estas dudas llevan a las compañías a dudar de su capacidad de oferta en el futuro y les mueven a gastar menos en publicidad.
Ambas caídas se pueden apreciar en el Gráfico adjunto, en escala porcentual.
Lo que ha pasado en Intel o en Snap nos indica que los cuellos de botella en los suministros y los problemas logísticos que hoy padecemos no solo van a tener impacto en la inflación sino también en el crecimiento, incluyendo también ese impacto a las empresas del mundo digital, que hasta ahora parecían estar al margen de cualquier duda en cuanto a su crecimiento futuro.
En nuestro Gráfico semanal del pasado 13 de septiembre, dedicado precisamente a Snap, alabábamos la capacidad de emprendimiento y de gestión del fundador de Snap, Evan Spiegel, pero decíamos también que "Snap cotiza a una valoración muy exigente" y recomendábamos "esperar para entrar a ver la evolución de las cuentas en el tercer trimestre y a que haya alguna corrección en su cotización". Visto lo que pasó el viernes, no pudo ser más acertado el consejo de esperar.
Seguimos apostando decididamente por las empresas tecnológicas como mejor forma de generar valor a medio y largo plazo, pero, a las puertas de la presentación de resultados de las cinco grandes tecnológicas (Microsoft, Apple, Amazon, Google y Facebook), nos parece más prudente esperar a ver los resultados de las mismas y las proyecciones que hagan sus responsables para ir tomando posiciones de forma más segura y, si hay correcciones, como las ha habido en Snap, a mejor precio.