La penúltima semana de enero se ha cerrado con un auténtico desplome para el sector tecnológico americano, cuyo índice Nasdaq ha perdido un 7,5%, un desplome del que no se han librado ni siquiera valores de calidad como Nvidia, uno de los dos valores de la semana pasada, que ha bajado un 13% en las últimas cinco sesiones. Similar ha sido el caso de nuestro otro valor de la semana pasada, Peloton, que ha caído también un 13% pese a que en la sesión del viernes subió un 11,7%.
Una de las caídas más llamativas ha sido la que sufrió el viernes Netflix. La compañía de "streaming", cuya ascensión en Bolsa parecía imparable no hace mucho tiempo, ha perdido un 24% en la semana, y acumula ya una caída del 34% en lo que va de año, tras caer el pasado viernes un 21,8% al anunciar una proyección de crecimiento de suscriptores para el primer trimestre de este año de 2,5 millones, muy por debajo del esperado por el mercado, que apuntaba a 6,9 millones de nuevos suscriptores. Ese anuncio anuló por completo el del magnífico beneficio obtenido en 2021.
Netflix se une así a un número cada vez mayor de empresas tecnológicas que pasan del cariño y apoyo de los inversores (darling stocks) a la indiferencia o incluso rechazo por parte de los mismos, al no cumplir las muy elevadas expectativas previstas. Expectativas que en muchos casos son completamente ilusorias al basarse en escenarios imposibles. No se puede valorar una compañía como si fuese a quedarse con el cien por cien del mercado, porque obviamente sus competidores van a reaccionar, y tampoco es recomendable pensar que los estados de excelencia corporativa son eternos en el tiempo.
En esta sección hemos venido comentando de forma muy recurrente caídas llamativas de algunos valores tecnológicos. Primero empezamos analizando los importantes recortes de empresas como Nikola, Uber, Robinhood, Bumble, Honest Company y otras que, tras protagonizar rutilantes salidas a Bolsa, con fortísimas subidas de la cotización al inicio, posteriormente se desinflaron con igual rapidez y verticalidad. Luego nos centramos en compañías como Peloton, cuyos modelos de negocio digitales prometían un crecimiento exponencial en el mundo post Covid, pero que empezaron a hacer aguas con la reapertura, al volver los viejos hábitos de vida.
Ahora les toca el turno a empresas de mayor calado, como Netflix y también, aunque todavía sus recortes sean menores, a las grandes compañías tecnológicas ("megacaps"). En nuestro Gráfico semanal del pasado 20 de diciembre de 2021, bajo el título "El Nasdaq ¿descanso o cambio de ciclo?" nos preguntábamos si tal vez el mercado tecnológico en su conjunto, es decir, el Nasdaq, podía entrar en una etapa de fuerte corrección guiada precisamente por la caída de las "megacaps".
"La pregunta que nos podemos hacer", decíamos entonces, "es si tal vez puede empezar una corrección severa a nivel general del mercado tecnológico, es decir a nivel del índice Nasdaq, una corrección del estilo de las que se han producido en Tesla u otros valores, que han sufrido caídas desde máximos del 20% o más".
Esa corrección ha llegado en enero de 2022 y la pregunta ahora es si va a ir a más. En el corto plazo nadie sabe hasta donde puede llevarnos la corrección, pero lo que sí podemos afirmar es que el mercado ha cambiado y que, como decíamos también en el Gráfico semanal del 20 de diciembre, todo indica que "los valores tecnológicos van a entrar en una fase más reflexiva y más selectiva, en la que no va a valer cualquier cosa".
Eso es precisamente lo que está pasando ahora, tan solo un mes después, y en ese nuevo escenario de mayor madurez y de correcciones, apostaríamos por valores como Netflix, que tienen un fondo de valor claro.
Netflix cerró el viernes en 396 dólares, un precio al que se puede, en nuestra opinión, empezar a invertir poco a poco, aunque nos gustaría comprar Netflix a niveles algo más cercanos a los 350 dólares que tenía en marzo de 2020, antes de empezar su espectacular rally post Covid.