¿Cómo se relacionan entre sí los activos que tiene en su cartera de inversiones? ¿Alguna vez pensó en eso?
En finanzas, uno de los conceptos clave para contestar los interrogantes mencionados es el de la correlación. Desde la rigurosidad de la probabilidad y la estadística, la correlación indica la fuerza y la dirección de una relación lineal y la proporcionalidad entre dos variables estadísticas.
Desde la óptica del inversor, en cambio, la correlación nos muestra la dirección del comportamiento de un activo financiero en relación a otro activo financiero. Aún más simple, este concepto estadístico nos indica cómo se mueve el precio de una acción con respecto al precio de otra acción, bono, commodity o cualquier otro instrumento financiero.
Si la correlación entre ambos activos es positiva, cuando el precio de uno sube (baja), el precio del otro también lo hace. En oposición, si la relación es negativa, cuando el precio de uno sube (baja), el precio del otro baja (sube). Finalmente, si la correlación es igual a cero, eso indica que no se puede determinar un patrón de comportamiento uniforme entre el precio de los dos activos.
Al momento de armar un portafolio de inversiones, la teoría nos indica que para aquellos inversores más aversos al riesgo -es decir, a favor de las inversiones conservadoras- lo ideal es invertir en activos que tengan una correlación negativa entre ellos, de manera tal de disminuir la volatilidad de la cartera.
Esto se debe a que si usted tiene activos correlacionados negativamente, como lo mencioné anteriormente, entonces la baja del precio de uno se compensa con la suba del precio del otro, pudiendo evitar grandes saltos en la variabilidad del portafolio.
El ejemplo más elocuente que encontramos en las Bolsas es el de acciones y bonos: cuando el ciclo económico es positivo, las acciones tienden a subir y los bonos a bajar. La situación inversa toma lugar cuando el ciclo económico es negativo: los bonos tienden a subir por ser más defensivos, y las acciones a bajar, por contener una dosis de riesgo mayor.
Aún más, si la correlación negativa es perfecta, es decir, que adquiere el valor de -1, entonces la caída en el precio de un activo será perfectamente compensada por la suba en el precio del otro activo.
En la práctica, debo informarle, que es muy difícil encontrar activos con estas características.
Para el caso de los inversores propensos al riesgo, la búsqueda se centra en encontrar activos que magnifiquen y potencien entre sí los movimientos alcistas o bajistas, de manera de ganar dinero en forma más que proporcional por el riesgo asumido.
Por ejemplo, si el inversor “apuesta” al alza del mercado, va a invertir en acciones que tengan fuerte correlación positiva para lograr el mayor rendimiento posible.
Generalmente uno tiende a pensar que la correlación positiva más intensa la solemos encontrar en aquellos activos que pertenecen a una misma categoría, es decir, por ejemplo, a las acciones mineras entre sí o las acciones de consumo masivo, etc.
Sin embargo, la realidad puede sorprendernos en algunos momentos.
Aquí, un ejemplo…
¿QUÉ TIENE QUE VER EL ORO CON EL IPHONE?
La semana que dejamos atrás estuvo marcada por el anuncio de la empresa de la manzanita en torno al lanzamiento de sus nuevos iPhone a un costo “más económico” para intentar ganar mercado en los países emergentes.
Más allá del anuncio, el cual ha desilusionado a gran parte del mundo inversor, el foco de mi columna sobre Apple que quiero compartir con usted es una situación que pocos han descubierto hasta el momento.
Es posible saber cómo se estuvo comportando el precio de la acción de Apple sin mirar su gráfico ni saber absolutamente nada acerca de la compañía. Es más, tampoco hace falta mirar el mercado de acciones en absoluto, ni cualquier otra Bolsa emergente.
Si uno no es experto en los instrumentos de renta variable, puede hablar de la acción de Apple con mucha propiedad, sabiendo lo que ocurrió con otro activo que nada tiene que ver con el mundo tecnológico.
Y la magia de esto está en el concepto de la correlación.
El activo que hay que mirar en la actualidad para determinar la tendencia de la acción de Apple es, ni más ni menos, que el oro. Sí, aunque creamos que poco tienen que ver entre sí, la correlación entre ambos ha sido muy fuerte en los últimos doce meses.
Si no termina de convencerse, aquí está la prueba:
Como observamos, el nivel de correlación entre ellos se ubica en torno a 0,72, lo que es una cifra elevada para dos activos que poco tienen en común.
Cuando analizamos la serie a mayor plazo, también encontramos una fuerte relación entre ambos, ignorando algunos períodos puntuales donde esta correlación se rompió:
Como vemos, sabiendo cómo se comporta el oro, voy a saber cómo evolucionó la acción de Apple y viceversa…
Original IG Inversor Global