El gráfico que hoy traemos a nuestra sección no es muy diferente de los que traíamos la semana pasada reflejando la evolución en los últimos cinco años de la cotización Paypal y de Square/Block.
En los tres casos nos encontramos con compañías muy innovadoras, que han sido capaces de provocar una disrupción significativa en sus respectivos mercados y cuyo valor en Bolsa subió de forma muy espectacular tras la pandemia, al entender los inversores que este tipo de compañías iba a ser las claras ganadoras en un mundo post Covid más digital y con estilos de vida distintos.
Casi todas esas compañías han sufrido caídas igualmente espectaculares en su cotización a partir del pasado otoño, caídas que en muchos casos, como el de Netflix, superan el 60% desde los máximos históricos alcanzados en el 2021.
En particular Netflix se desplomó en la sesión del pasado miércoles un 35% tras haber presentado sus resultados del primer trimestre. El motivo fue la pérdida de 200.000 suscriptores en el primer trimestre del año y el anuncio por parte de la compañía de que podría perder otros dos millones más de suscriptores en el segundo trimestre.
Esa noticia ha sido demoledora, ya que es la primera vez en más de una década que Netflix pierde suscriptores. Tras la caída Netflix acumula ya un descenso en lo que va de año del 64,2% y de casi un 70% desde los máximos del pasado octubre.
Como sucede en otras compañías, incluidas Paypal y Block, la pregunta que nos hacemos es si la enorme subida de su valor en Bolsa en el 2020 y 2021 era solo un espejismo, fruto de la especulación generada por la abundante liquidez en el sistema, o si había algo más. Dicho de otra forma, la pregunta es si realmente estas empresas tienen o no valor dentro, y si por tanto la extraordinaria corrección que están sufriendo es o no una oportunidad para invertir en compañías que tienen gran futuro y que ahora podemos adquirir a un precio mucho más razonable.
En el caso concreto de Netflix nuestra respuesta tiende a ser positiva. Es decir, consideramos que a los precios actuales se puede empezar a invertir en el valor con la vista puesta en el largo plazo, aunque no quepa descartar ni mucho menos caídas adicionales en el corto plazo, y aunque es probable que, incluso si la acción no cae más, deba pasar por una larga etapa de estabilización en torno a los precios actuales, antes de poder subir.
Esa respuesta favorable se basa, en primer lugar, en que los fundamentales de la compañía han mejorado muchísimo tras la fuerte caída experimentada por la cotización ya que la capitalización está en 95 mil millones de dólares y no hay que olvidar que los beneficios por acción han seguido siendo muy buenos y superando las expectativas en el primer trimestre del año. En segundo lugar, Netflix está tomando medidas para seguir creciendo, tales como plantear un modelo de suscripción barata con publicidad o combatir las malas prácticas en el uso compartido de las claves de acceso.
Dicho lo anterior, es obligado recordar, tanto en el caso de Netflix como en el de otras compañías innovadoras, que solo deben invertir en ellas quienes tengan un perfil altamente tolerante al riesgo y enfoquen su inversión con un horizonte de largo plazo.