Apertura plana en las plazas europeas en una jornada que promete ser intensa con la reunión del BCE, una situación cada vez más complicada en Italia (previsible dimisión hoy de Draghi, lo que abocaría al país a elecciones anticipadas) y la reanudación (¿con qué capacidad?) del suministro de gas ruso a través del NordStream1 una vez finalizadas las labores de mantenimiento. Cómo sea la reanudación de los flujos de gas ruso a Europa será clave para las expectativas de inflación y crecimiento europeos. Aunque agencias alemanas han confirmado la reanudación del suministro, queda por ver la capacidad a la que funcionará (el propio Putin hablaba de 20%-40%) que a su vez marcará si Europa es capaz de recomponer inventarios para el invierno y evitar racionamientos que destruyan tejido productivo.
Ya se ha celebrado la reunión del Banco de Japón, que se ha saldado, en línea con lo esperado, sin cambios sus tipos de interés (repo -0,10% y objetivo de TIR 10 años 0% con cap en 0,25%), manteniendo una política monetaria ampliamente expansiva para soportar un débil crecimiento y en un contexto de inflación controlada respecto al resto de desarrollados (último IPC general 2,5%, subyacente 0,8%, aunque revisan al alza sus previsiones 2022e de +1,9% a +2,3%, más de lo previsto, para posteriormente moderarse en 2023 a +1,4% vs +1,1% anterior) y con una ampliada mayoría de la coalición gobernante. Se sigue primando así el apoyo al crecimiento, aun cuando el Yen se sitúa en mínimos de 24 años.
El BCE se reunirá (decisión de tipos 13:45h, conferencia Lagarde 14:30h) con la complicada labor de contentar a todas las partes (la cuadratura del círculo). Por un lado, tendrá que iniciar el proceso de subida de tipos de interés (primera desde 2011) con el fin de controlar una inflación totalmente desbocada (8,1% en junio vs objetivo 2%) que hace injustificable tener los tipos al -0,5% (depósito). Pero a la vez se enfrenta a un riesgo creciente de recesión, especialmente en países como Alemania, con una elevada dependencia energética, lo que reduce la ventana de oportunidad de poder subir los tipos europeos. Aunque Lagarde apuntó en junio a +25 pb para la reunión de hoy, con subidas en los tres tipos de referencia (depósito de -0,5% a -0,25%, repo de 0% a +0,25% y préstamo de +0,25% a +0,50%), esperamos +50 pb (el mercado le da un probabilidad del 70-75%) por la necesidad de acelerar las subidas antes de que la economía se desacelere demasiado (el cuadro macro que se actualice en septiembre debería mostrar un deterioro significativo) y sea más complicado elevar los tipos de interés, y en un contexto de inflación muy superior al objetivo y con presiones adicionales ante el riesgo de corte del suministro de gas ruso, a lo que se suma un euro muy débil (-10% en 2022 vs usd) que es a su vez importador de inflación.
Asimismo, el BCE tendrá que ofrecer detalles sobre el nuevo programa anti-fragmentación financiera (Mecanismo de Protección de la Transmisión), que cobra aún mayor importancia ante la crisis política en Italia, donde ayer vimos cómo Draghi se mostró dispuesto a recomponer el gobierno, pero la falta de apoyo de tres partidos de su coalición (M5S, Lega y Forza Italia) hace que el escenario más probable sea el de dimisión y elecciones anticipadas a principios de octubre. El programa del BCE busca contener una fuerte subida de los diferenciales periféricos, razón que llevó a convocar una reunión de emergencia el pasado 15 de junio. Aunque las TIRes y diferenciales periféricos han retrocedido desde máximos, la continuidad de la mejora exigirá un programa lo suficientemente robusto para mantener los costes de financiación periféricos contenidos pero a la vez con un carácter lo suficientemente extraordinario y condicionado (previsiblemente vinculado a las reformas comprometidas para recibir los fondos Next Generation) como para contar con el apoyo de países como Alemania.