Apertura a la baja en las plazas europeas, a la espera de las numerosas referencias que tendremos a lo largo de la semana, entre las que destacamos la reunión de la Fed (miércoles, +75pb esperados), y a finales de semana (jueves-viernes) riesgo a la baja en PIB 2T22 de EEUU y Europa y al alza en IPCs europeos de julio y deflactor del consumo privado subyacente de junio en EEUU, la medida de inflación preferida de la Fed. Aparte de los datos macro, la semana será muy intensa en resultados empresariales. La publicación seguirá adelante en EEUU (con grandes tecnológicas como Google, Apple, Amazon, Microsoft o Meta) y Europa y será especialmente movida en España, donde publica casi la totalidad del Ibex 35 a partir del martes (hoy lunes festivo en España).
En la reunión de la Fed esperamos que se mantenga como prioridad absoluta el control de la inflación tras marcar el IPC de junio máximos de 1981 en 9,1%, con las presiones afectando no solo a energía y alimentos, sino también a otros bienes y servicios (alquileres, automóviles, servicios médicos, ocio y restauración). El mercado da por segura una subida de +75 pb hasta 2,25%-2,50% para llegar a 3,25%-3,5% a fin de 2022 (dot plot 3,4%), muy por encima del nivel neutral del 2,5%, y empezar a bajar en torno a marzo de 2023 hasta niveles del 2,75% en dic-23 (dot plot 3,75% dic-23 y 2,5% a largo plazo). Por tanto, descuenta una subida acelerada pero también considera que podría empezar a bajarlos antes, en la medida en que los elevados precios siguen restando poder adquisitivo (salarios reales por hora -3,6% i.a.), presionando con ello el consumo y aumentando los riesgos de recesión, también incrementados por las subidas rápidas de tipos. La Fed es consciente de que, como contrapartida a la prioridad de controlar la inflación, tendrá que tolerar una mayor desaceleración económica (PIB 2022e +1,7%) e impacto en el empleo (estima tasa de paro 2024e 4,1% vs 3,6% anterior). La cuestión será si tiene éxito en su objetivo de “soft landing” (no será fácil) y la economía no se desacelera más de lo previsto.
También contaremos con un buen número de datos macro relevantes. Tendremos los datos adelantados del PIB 2T 2 en EEUU, que deberían volver a terreno positivo y evitar la “recesión técnica” y en la Eurozona y sus principales países, como Alemania, Francia y España, que deberían crecer en 2T muy moderadamente en términos trimestrales, teniendo presente que lo peor está por llegar (crisis energética). Contaremos con varias referencias de precios como los datos adelantados del IPC de julio en la Eurozona, Alemania y Francia y la estimación del IPC anual en la Eurozona, donde previsiblemente se mantendrán las presiones al alza. En EEUU, el deflactor del consumo privado subyacente podría subir en julio tras tres meses cayendo. Por último, destacamos varias encuestas de confianza de julio, como el Conference Board en EEUU, que debería mostrar una caída moderada frente a junio, al igual que la IFO del mismo mes en Alemania y los datos de confianza en la Eurozona.
En cuanto a nuestra visión de mercados, la evolución en el corto-medio plazo debería continuar siendo volátil con más presiones a la baja que al alza como consecuencia del aumento en las últimas semanas del temor a una recesión en un contexto de inflación muy elevada a la que le cuesta ceder desde máximos, sobre todo en Europa donde no parece haber alcanzado el pico. En este contexto, los datos macroeconómicos seguirán siendo débiles (actividad a la baja, inflación al alza), a lo que se le une la temporada de resultados del 2T22, que será clave para determinar la dirección de las bolsas. Las compañías podrían ofrecer algo más de visibilidad sobre el potencial impacto del deterioro económico en sus cuentas y de su capacidad para seguir trasladando el incremento de costes de producción a los precios de venta, en un contexto de elevada incertidumbre y falta de visibilidad, algo que consideramos hace que el riesgo de revisiones a la baja de guías 2022 sea elevado (teniendo en cuenta que hasta el momento no se han producido rebajas de estimaciones). Lo que puedan decir las compañías nos dará una idea de hasta qué punto las cotizaciones han descontado un escenario excesivamente negativo o no, y por tanto si puede existir presión a la baja adicional desde los niveles actuales. En este contexto, la previsible revisión a la baja de los BPAs, de mantenerse la presión sobre la demanda, invita a la prudencia (difícil establecer el suelo del mercado), si bien el grado de pesimismo es ya elevado y puede ir ofreciendo algunas oportunidades de compra (“stockpicking”). El punto de inflexión en la inflación será clave para que los bancos centrales suavicen su discurso hawkish y con ello resten presión sobre las expectativas de crecimiento y permitan una recuperación sostenida de las cotizaciones.