Puede parecer coincidencia, pero el día que Michael Burry dijo que el oro es uno de los posibles activos ganadores del colapso de las criptomonedas e insinuó que apuesta por la caída de las acciones, el metal áureo recibió mucha más atención de la habitual por parte de los inversores. “Durante mucho tiempo pensé que el momento para el oro sería cuando los criptoescándalos se fusionaran con el contagio”, publicó en su cuenta de Twitter este famoso inversionista que inspiró la película The big short (La gran apuesta).
Claro, esto se da tras las buenas ganancias del oro en noviembre, que subieron casi un 8 por ciento luego de un período de corrección (baja) temporal.
Los “mejores” datos de inflación, el descenso del dólar estadounidense, el colapso de las criptomonedas y una Reserva Federal (Fed) menos agresiva son algunas de las razones que explican las fuertes ganancias del oro, que al contado cotiza actualmente alrededor de 1,776 dólares la onza troy.
Es rara la vez que Burry comenta sobre el oro, lo cual hace que su tuit sea mucho más relevante para los operadores, pues lo que da a entender es que el caos de las criptomonedas –causado por Sam Bankman-Fried (fundador y exdirector ejecutivo de FTX)– prepara el terreno para el rey de los metales.
Y es que las presiones financieras que se extienden por el sector de las criptodivisas han afectado en las últimas semanas a FTX, Celsius, Voyager, Gemini (de los gemelos Tyler y Cameron Winklevoss) y BlockFi. No puede descartarse que otros grandes jugadores como Binance y sobre todo “stablecoins” (monedas estables supuestamente vinculadas a divisas oficiales como el dólar) también colapsen en un futuro cercano.
En este sentido, los recientes comentarios de Burry, quien lidera el fondo de cobertura Scion Asset Management, se producen más de un año después de que alertara sobre la “madre de todas las caídas” de las criptomonedas. Tuvo razón.
Durante la carrera alcista de 2021, el gestor de fondos advirtió que todo el bombo y la especulación atraen a los inversores minoristas antes de la madre de todas las caídas, y así fue. Lo anterior, sin mencionar que en Top Money Report consideramos que a las “criptos” aún les queda terreno por perder.
“Cuando el cripto caiga de los billones, o las acciones meme caigan de las decenas de billones, las pérdidas de #MainStreet se acercarán al tamaño de los países. La historia no ha cambiado”, dijo en una entrevista hace un año.
Además, en este espacio coincidimos con Burry en que el apalancamiento es el mayor problema de las criptomonedas. Así que aquellos que no saben cuánto apalancamiento (deuda) hay en el mercado de las criptodivisas tienen más que aprender sobre las mismas… y acerca de los grandes fraudes que se construyen todavía ahí dentro.
Michael Burry se hizo famoso por haber detectado a tiempo la crisis hipotecaria y haber obtenido una fortuna con una gran apuesta bajista (un “big short”) contra la burbuja de ese sector en Estados Unidos. De ahí que su opinión, aunque poco usual, no debe pasar desapercibida: ¡vaya por el oro!
Vienen más caídas para el bitcoin
En más sobre nuestro pesimismo en este sector, tras la fallida compra de FTX por parte de Binance, algunos analistas continúan (continuamos) “bearish” (bajistas) sobre el futuro del bitcoin, y estimamos que podría caer un 25 por cierto más hasta por lo menos los 13,000 dólares. No se descarta, sin embargo, que el bitcoin pueda tocar fondo en los 10,000 dólares o más abajo.
En este sentido, de acuerdo con una nota publicada la semana pasada por JPMorgan, parece probable que esté comenzando una nueva cascada de llamadas de margen (margin calls), desapalancamiento y fallas en las empresas de criptomonedas.
Dentro del ecosistema cripto se está reduciendo la cantidad de entidades con balances más sólidos capaces de rescatar a aquellas con bajo capital y alto apalancamiento, motivo por el cual seguimos alertando a nuestros suscriptores: aún no es hora de volver al mundo cripto más que para especulación (trading) de corto plazo y con las debidas precauciones colocando órdenes “stop loss”. ¡Cuidado!
Fuente: Guillermo Barba.