El mes de abril ha sido de relativa calma en bolsas a pesar de los crecientes riesgos sobre el crecimiento económico, la inflación aún elevada, la inestabilidad en la banca regional americana y la proximidad del techo de deuda en Estados Unidos.
Este mes enfocamos nuestra visión de mercado desde el punto de vista del Trilema de Nouriel Roubini, que establece que, en busca de estabilidad de precios y estabilidad financiera, el crecimiento será el mayor perjudicado, en la medida en que es imposible cumplir a la vez los tres objetivos.
En cuanto a la estabilidad de precios, los bancos centrales siguen priorizando el control de la inflación. A pesar de la moderación de las tasas generales (efecto base de energía), los niveles de precios se sitúan aún lejos del objetivo del 2%. Tensiones en inflación subyacente EEUU excluyendo vivienda e IPC subyacente Eurozona cercano a máximos. La fragmentación global es, en palabras de Lagarde, inherentemente inflacionista, lo que dificulta volver a los niveles de inflación previos a 2020.
Respecto a la estabilidad financiera, la banca regional americana continúa en el punto de mira, recogiendo las derivadas del rápido tensionamiento monetario tras una década de tipos bajos y excesos de liquidez. First Republic, el último banco intervenido (y comprado por JP Morgan), pero con presión en nuevos nombres... ¿Conseguirán las medidas de reguladores y la Fed estabilizar el sistema? Seguimos vigilando el recurso de los bancos a la Fed como señal de estabilización o tensión adicional.
Por último, el crecimiento económico es el gran perjudicado en un contexto de condiciones crediticias más duras y menor demanda de crédito, patente tanto en Estados Unidos como en Europa. Es previsible que las primeras señales de desaceleración del ciclo se intensifiquen en próximo trimestres.