La DIVERSIFICACIÓN ADAPTATIVA es la metodología que hemos desarrollado en advisory GdC para gestionar una cartera de inversión de una forma objetiva, que permita cubrir los principales riesgos a los que se deberá hacer frente a lo largo de un ciclo económico completo: desde la recesión hasta la expansión, pasando por entorno deflacionistas o presiones al alza sobre la estabilidad de precios.
Para ello la cartera invertirá en los activos necesarios para protegernos de cada fase del ciclo. Así, el universo de inversión abarca liquidez, deuda pública, bonos indexados a la inflación, deuda corporativa, materias primas, oro, inmobiliario, deuda países emergentes y mercados de acciones. Los instrumentos para tomar posiciones podrán ser fondos de inversión, ETFs, acciones o bonos.
La metodología es muy sencilla:
1. DIVERSIFICACIÓN: son cuatro los escenarios que se abren ante las diferentes combinaciones de crecimiento e inflación. Invertimos el 25% de la cartera en los activos necesarios para cubrir cara escenario.
2. ADAPTATIVA: decidimos dar más peso al cuadrante o combinación de crecimiento e inflación que señala nuestro reloj GdC global. Así, por ejemplo, si el reloj apunta a un entorno de crecimiento e inflación acelerando los activos que cubren ese cuadrante pesarán un 40% en la cartera (y un 20% el resto de combinaciones). Además, si nuestras herramientas de timing identifica entornos extremos en mercados financieros (con implicaciones alcistas o bajistas sobre las cotizaciones) se procederá al ajuste correspondiente en la cartera.
En lo que llevamos de año la cartera 4×4 GdC (donde aplicamos la metodología de la diversificación adaptativa) acumula una rentabilidad del +2,28%, con una volatilidad que apenas alcanza el 4%. Los principales contribuidores a este retorno en 2014 son las posiciones en oro, materias primas o los fondos de deuda pública. Una cartera que actualmente presenta la siguiente composición:
FUENTE: ADVISORY GDC