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La baraja de la Reserva Federal y los mercados de renta variable

por Ismael de la Cruz Hace 10 años
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¿Se acuerdan ustedes de marzo del 2009, concretamente entre el 6 y el 9? fue cuando la renta variable europea y norteamericana formó un suelo tras las fuertes caídas comenzando una fuerte tendencia al alza. El dow Jones sube un 150% desde entonces, el Nasdaq un 240% y así podríamos ir enumerando cada uno de los diversos mercados.

Unas subidas casi verticales no acordes con la evolución de la economía en general, sino con las inyecciones de esteroides aplicadas desde Estados Unidos por la FED. La Reserva Federal redujo la tasa interbancaria prácticamente a cero en el 2008 y gastó una cantidad ingente de dinero en la compra de bonos (QE) desde ese mismo año. Un QE es un conjunto de medidas encaminadas a generar dinero y ponerlo en circulación para comprar determinados activos financieros como deuda pública a instituciones financieras, así los bancos utilizan ese dinero que han recibido del Banco Central para  para comprar nueva emisiones de deuda al gobierno.

El programa de compra de activos se ha comenzado a reducir de manera light para no asustar a los inversores, amén de la cantinela que la FED lleva recordando una y otra vez: si fuese necesario, si la economía se resiente, la entidad volverá a intervenir de nuevo.

De todas formas, hasta en las mejores familias siempre surgen voces críticas y discordantes que se salen del guión o dogma preestablecido. En este caso es Charles Plosser, que piensa que se debería de acelerar el ritmo de retirada de los estímulos.

Sea como fuere, seguramente la Reserva Federal reduzca de nuevo los estímulos en la próxima reunión de los días 18 y 19 de marzo, otro recorte de 10.000 millones de dólares.

La economía norteamericana no termina de dar un salto cualitativo. El Producto Interno Bruto creció a una tasa anualizada desestacionalizada del 2,4 % en el último trimestre de 2013. El gasto de los consumidores ha sido inferior a lo esperado. El gasto de los hogares, ajustado por inflación, subió un 2,6% en el trimestre, por debajo también de lo esperado. La productividad no agrícola cayó, los pedidos a fábrica también, al igual que los pedidos no duraderos. Es cierto que el empleo ha mejorado, pero la tasa de participación está en niveles bajos y el empleo a tiempo parcial es elevado.

Y mientras tanto, el S&P500 continúa marcando nuevos máximos históricos. Es cierto que muchos inversores temían una mala reacción del mercado el día que la FED anunciase la retirada del QE (tapering), pero la habilidad de la entidad americana ha provocado precisamente el efecto contrario, que los inversores continúen animados. En primer lugar,, una campaña de concienciación y mentalización mediante la repetición de los mismos mensajes (entre ellos, que una retirada del QE significa que la economía comienza a dar signos alentadores de recuperación, que se mantendrán los tipos bajos durante un tiempo aún, que no se hará nada que dañe al país).

En segundo lugar, una retirada progresiva y muy suave en lo referente al volumen de compra de activos. De esta manera palpan la reacción de los mercados y el ánimo de los inversores. Poquito a poquito, sin prisas, como el que no quiere la cosa.

En tercer lugar, mostrar el as guardado en la manga con diversos mensajes: “en caso de ser necesario, se detendrá la reducción del programa y podremos volver a intervenir”. Es como decir que tranquilos, sabemos lo que hacemos y es lo mejor para la economía, pero si aún así no sale como debiera, no pasa nada, intervendremos de nuevo y aquí paz y después gloria.

Un apunte para los inversores en la renta variable, en este caso en el futuro S&P500. Vigilar la zona de los  1732-1734 puntos, ya que por encima de esta referencia la fortaleza alcista sigue intacta, pero perdiéndola podríamos tener recortes.


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