El futuro, por definición, es incierto. Y en el mundo de las finanzas y la gestión de inversiones la actitud que mostremos ante esta incertidumbre es crucial ¿Qué va a suceder con la economía? ¿Y cómo van a reaccionar los mercados? Ante estas preguntas, dos posibles respuestas: (1) lo sé, (2) no lo sé. Dependiendo de tu respuesta adoptarás determinadas estrategias de inversión. Si estás en el primer grupo, “lo sé”, orientarás tu cartera hacia ese escenario que “sabes que va a pasar”, sin preocuparte demasiado por la diversificación o del impacto sobre tus inversiones de escenarios que se alejan del “lo sé”.
En advisory GdC nos situamos en el segundo grupo, “no lo sé”. En la evolución del ciclo económico y en la formación de precios de los activos financieros juegan tal cantidad de variables –y de diferente naturaleza- que seríamos unos ilusos si nos creyéramos capaces de atrapar el futuro en cualquier modelo econométrico. Y es que el peso de la psicología, del conductismo, hace que muchas relaciones “matemáticas” o “estadísticas” pierdan consistencia o valor predictivo en determinados momentos.
Dicho esto, y siendo conscientes de las limitaciones para adivinar el futuro, donde concentramos los esfuerzos es en analizar el pasado y comprender el presente, para así tener una idea de los diferentes escenarios de riesgo que se abren para las inversiones de nuestros clientes. Y en esta línea de actuación se sitúan nuestras herramientas de timing. Comprenden los datos del presente, lo contrastan con la información del pasado y proyectan escenarios probables.
Un ejemplo, con datos actuales del mercado y GdC timing, de la actitud ante el futuro observando el siguiente gráfico ¿Qué va a suceder en las próximas semanas?
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