“Nosotros decidimos algo, lo presentamos al público y esperamos poco a ver lo que pasa. Y si no hay sublevación, entonces seguimos, paso a paso, hasta que no haya marcha atrás.” Jean Claude Juncker a Der Spiegel (1991)
Ayer se cumplió un año de aquel 16 de marzo de 2013, el día en que Chipre fue rescatado. Aquel fue también el día en el que los rescates en la Euro Zona dejaron de ser como los conocíamos hasta el momento: el Estado en cuestión pone dinero y rescata a sus bancos. Si el Estado no tiene dinero, el conjunto de países miembros de la Euro Zona le “ayudan” para que pueda rescatar a sus bancos. Bancos que a su vez tienen problemas porque, entre otras cosas, han estado financiando a los estados comprando su deuda y si un Estado tiene un problema (como tuvo Grecia), hace una quita de su deuda (como hizo Grecia) dejando un fantástico agujero en las cuentas de esos bancos (como el de los bancos chipriotas por culpa de Grecia).
Rescates que nos han convertido en súper héroes europeos. Genial ¿no? Pues no, porque aunque las declaraciones políticas se empeñaban en presentarnos los rescates como “casos excepcionales” y “aislados”, el círculo vicioso de la deuda soberana-sector financiero iba haciéndose cada vez más grande y ya tenemos en nuestro haber a Irlanda, Portugal, Grecia y “uno especial” en España. Somos súper héroes solidarios, sí, y tontos también.
En Chipre no se reconoció a tiempo el impacto en su sistema bancario de la quiebra griega porque se hubiera demostrado que la deuda soberana es un riesgo importante que puede convertirse en sistémico. Sin embargo, Chipre cayó en Marzo de 2013 y marcó el antes y el después. Ya no serían sólo los ciudadanos los que pagarían ese rescate junto a accionistas y bonistas, también lo harían los depositantes (es decir cualquier persona cliente del banco que tuviera su dinero en plazos fijos y cuentas a la vista). Se nos cayó el mito. Si tienes tu dinero en un banco que pueda tener problemas no estás a salvo. Como acreedor del banco, puedes sufrir una quita en tus depósitos porque no se olviden: cuando abren una cuenta y depositan su dinero en un banco le están concediendo a éste un préstamo y eso conlleva el riesgo de que no te lo devuelva.
El rescate de Chipre fue un shock pero también un aviso a navegantes. Como dijo Dijsselbloem, Presidente del Eurogrupo, “el acuerdo de Chipre se puede usar como modelo para otros rescates futuros, los depósitos superiores a 100.000€ no están garantizados”.
Ya lo saben, Chipre es muy pequeño pero ha sido un gran experimento social como ya anticipó Juncker en 1991. Crucen los dedos y, si son creyentes, recen para que los bancos y las autoridades hagan lo que tengan que hacer.