La compañía de hemoderivados Grifols ha finalizado la fase de refinanciación del total de su deuda. Lo más positivo de todo esto es que logra rebajar sus costes financieros, que caen dos puntos y se sitúan por debajo del 3,5%, cuando el mercado esperaba un 4-4,5%. Este hecho se traducirá en una mejora de los próximos resultados y animará a los inversores a entrar en el valor.
¿Y por qué es importante todo esto? Porque en el mes de noviembre, Grifols anunció la adquisición de la unidad de diagnóstico de Novartis, hecho que incrementó el endeudamiento del grupo hasta los 5.000 millones de dólares. Esta compra estratégica ayudará a la compañía para incrementar las ventas y el ebitda, pero también elevó el nivel de endeudamiento. Llegar a una refinanciación para afrontar esta cuestión es la guinda del pastel.
En el 2013 las ganancias fueron un 34,5% superiores a las del año anterior y los ingresos netos un 4,5% por encima. Su expansión en Estados Unidos se afianza, y es que la apuesta internacional de Grifols por los mercados exteriores se traduce en que el 92% de los ingresos provienen de fuera de España. En cuanto al dividendo, regrese el pago en efectivo y un pay out del 40%.
La compañía suele recordar cuál es su estrategia: potenciar las ventas en aquellos lugares menos afectadas por las medidas de austeridad, que tengan menores periodos de cobro y mejores márgenes.
En condiciones normales, podríamos ver el precio de las acciones de Grifols en el entorno de los 46-47 euros en los próximos 12-18 meses, siendo éste su primer objetivo.
En el corto plazo, fuerza alcista mientras se mantenga por encima de la barrera de los 36 euros.