Parece que hay una nueva moda de utilizar términos técnicos cuando se trata de comunicar con el gran público. De hecho, la palabra ciclogénesis ni siquiera existe en la lengua castellana. Es como si yo por ser economista diera una noticia en la cual indicase que los ingresos fiscales del país se encuentran en el lado derecho de la curva de Laffer. Probablemente, el 99,5% de los lectores no entenderían que me refiero a que por mucho que suba el Sr. Montoro los tipos de gravamen fiscales, no por ello va a recaudar más impuestos.

La verdad es que el ciudadano medio necesita que se le digan las cosas de forma sencilla. El problema surge cuando las palabras se utilizan para esconder la realidad, para tratar de dar la sensación de que se sabe de lo que se está hablando, aunque realmente no se sepa, o se intente enmarañar las cosas para que al final no nos enteremos de lo que realmente está pasando.

Un ejemplo claro es lo que ocurre con la situación económica de España. El equipo económico del Gobierno nos habla de que la Economía ya ha dejado atrás la recesión, que vamos a crecer este año como nunca, que se va a crear empleo, y que nada, “pelillos a la mar”; lo que hizo el “infame Zapatero” ya lo han arreglado. Determinados economistas apuntalan las alharacas del Gobierno utilizando términos técnicos que, en algunos casos, hasta me cuesta entender a mí, después de treinta años de profesión. Y nada, lo dicho, ya está todo arreglado.

Sin embargo, el Gobierno no puede ejercer su “persuasión moral” sobre todo el mundo. Y así, por ejemplo, la OCDE, organismo al que no se le puede tildar de parcial o sobornable, saca hoy un informe en el que nos dice que “España es el país de la OCDE donde más han aumentado las desigualdades sociales”, que “el 10% de la población más pobre ha perdido un tercio de sus ingresos en un período de cuatro años, mientras que el 10% de los más ricos apenas han perdido un 1%”. Y aunque no me guste utilizar palabras técnicas por lo que he dicho al principio, en el mismo informe se indica que el coeficiente de Gini, que es un indicador de la desigualdad económica, empeoró en un 3% (que es mucho) en el período de crisis, mientras que en la OCDE se mantuvo estable.

El equipo económico del Gobierno está exultante, porque dicen que esto ya no va a empeorar, pero, ¿somos conscientes de todo lo que ha empeorado? El número de personas con trabajo “mileurista” o “submileurista” y con contrato precario es enorme. Si miramos las estadísticas de Eurostat, podemos ver que un trabajador alemán que realice una función similar a la de un trabajador español, cobra un 75% más, y con un nivel inferior de impuestos. Si un español cobra 20.000 € brutos anuales, el alemán cobra 35.000 €, y si al español le queda una renta disponible de 14.200 € después de impuestos (IRPF+IVA) y de cotizar a la seguridad social, al alemán le quedan 24.800 €. Por eso, son los españoles los que les sirven las cervezas en la playa a los alemanes, y no al revés, cuando estos se vienen de vacaciones con lo que les sobra de renta disponible.

Y es que el concepto de renta disponible real es mucho más importante de lo que parece. Si tienes renta disponible, consumes. Si no, sencillamente no puedes. Y eso es lo que realmente está ocurriendo, que España se ha convertido en un país de proletarios, que en vez de vivir, sobreviven, y en el que unos pocos viven muy bien. Por eso, cuando uno lee los consejos de los “sabios” de la Reforma Fiscal que ha encargado el Gobierno, se queda pasmado, puesto que el planteamiento es tan sencillo como que los de siempre sigan tributando todo lo que se pueda, y además les subimos el IVA para que paguen más la inmensa mayoría, y si cuela, como el 80% de la población tiene casa propia, les hacemos pagar un “alquiler” vía IBI por su propia casa. Y en paralelo, les hacemos pagar la energía más cara de Europa, para dar satisfacción al lobby eléctrico. ¿Alguien ha visto que alguna de las grandes compañías eléctricas españolas gane menos de 2.000 millones de euros al año, pase lo que pase en el “mercado”?

El retroceso que está experimentando la calidad de vida en España es de tal magnitud que hemos vuelto otra vez a la España del tardofranquismo, con una diferencia, entonces por lo menos teníamos empleo y había un cierto tejido industrial, y –alguna cosa habrá que reconocerles- los trabajadores tenían una protección institucional que ahora se ha perdido por completo.

Zapatero empezó llamando a la crisis, “suave desaceleración del crecimiento”, mientras que Rajoy llama ahora “etapa de crecimiento y prosperidad” al socavón en el que nos encontramos. Yo seguiré llamando borrasca a la “ciclogénesis” que nos espera en los dos próximos años cuando no podamos hacer frente a la Deuda Pública emitida y tengamos que ser rescatados por nuestros “amigos” europeos. Entonces tendremos que servirles la cerveza con una rodilla en tierra y diciendo “señorito”, pero en esta España nuestra, a decir de la cantante Cecilia, ya hemos sobrevivido a experiencias similares a lo largo de la Historia, y tenemos “callo”. La pregunta es si alguna vez los españoles tendremos derecho a tener “pupitre” como los demás europeos, sin tener que irnos por las ramas.