A corto plazo Ucrania pierde protagonismo. A medio plazo China y su incipiente crisis financiera concentrarán la atención del mercado.
Los mercados están aparcando la crisis de Ucrania pues, salvo accidente, la consideran estabilizada. Además, la debilidad de las sanciones de USA y la UE no hacen temer consecuencias económicas para nadie. Por otra parte, el tema estrella de la semana ha sido la reunión de la Fed, la primera de Janet Yellen, que ha dejado claro que es menos dovish de lo esperado y que la QE se terminará a finales de este año y que a mediados del año que viene subirá tipos, salvo que la economía vaya muy mal. Viendo una subida de tipos en el horizonte, las Bolsas han reaccionado a la baja. Pero el problema de fondo sigue siendo China. Hay un problema evidente, la ralentización de su crecimiento, y otro que se ve venir: la oleada de defaults de sus empresas, muy apalancadas y que no pueden hacer frente a sus créditos. El primero ya se está descontando, pero el segundo es nuevo y hay que seguirlo.
El Ibex 35, mantiene la directriz alcista del pasado mes de junio, formando un triángulo. Aunque un triángulo es una típica figura de incertidumbre, y hay que esperar que lo rompa para ver la tendencia, parece que lo más probable es que se mantenga el lateral de los 9.650-10.550 puntos durante bastante tiempo. Por arriba podría llegar a superar los máximos, pero sería difícil que los mantuviese. En cambio, por abajo, si la cosa va mal, puede perder los 9.650 puntos y bajar a los mínimos de diciembre, en los 9.250 puntos. Sería una gran oportunidad de compra, pues los máximos del año, probablemente, aún no se han visto.