Los últimos datos de inversión directa en Cataluña señalan un aumento de más del 42% en la primera mitad del año, lo que es una cifra superior a la media de otras regiones españolas. Esto no es especialmente sorprendente, sino fuera porque la corriente separatista en el país es cada día mayor, y ya se habla abiertamente de una Cataluña fuera de España. Esto debería "asustar" a los inversores internacionales, pero no está siendo así... ¿por qué?

Según la mayoría de gestores internacionales que han respondido a este tema, es muy remoto que Cataluña se independice de España. Por un lado tendría que sortear la Constitución Española, y por otro quedaría fuera de la Unión Europea, en la que tendría que pedir de nuevo la admisión, y conseguir un voto unánime.

Otro factor en contra de esta independencia sería una cuestión monetaria. Cataluña podría mantener el euro como su divisa, pero no tendría ninguna intervención en las instituciones europeas, no tendría un Banco Central, ni su sector bancario podría beneficiarse de las operaciones financieras del BCE.

Por otro lado, en caso de que Cataluña se proclamara independiente, la relación comercial entre Cataluña y España se vería muy afectada, y actualmente la gran parte de los productos de Cataluña son vendidos en el resto de España.

Todos son obstáculos salvables, aunque con un elevado coste, pero los inversores no creen que se llegue a un escenario de ruptura, por lo que siguen invirtiendo en Cataluña sin demasiada preocupación.