Desde el 2009 quedó bien claro que con controlar un sólo precio en la economía, el resto ajusta automáticamente. Dado que todo activo del planeta de una u otra forma termina siendo valuado a través de valores presentes, distorsionar la curva de yields es una forma indirecta pero contundente de impactar a todos los precios del mundo de un sólo saque. Y en este entorno se entiende el porqué de una tasa de referencia de la Fed al 0% desde hace años y el porqué de tanto cuidado desde la Fed para culminar su QEIII con su irreversible empinamiento de yields.
Es redundante a esta altura del juego decir que todo está boom para arriba casi como exclusiva consecuencia de una política monetaria que a nivel mundial ha sido extraordinariamente expansiva y esta dinámica está para quedarse probablemente por un tiempo más dado el entorno de debilidad que caracteriza a tres de los cuatro bloques más relevantes del planeta: a) Estados Unidos, b) Japón, c) Europa.
La inflación nunca es buena noticia en economía y mucho menos cuando la misma infecta a los activos financieros. De su mínimo de 666 en el peor punto de la crisis, el S&P está rondando los 1,865 o sea 180% arriba en un claro liquidity-driven-rally a fuerza de reflación. Las historias recientes de excesos de liquidez siempre han terminado mal y si bien en esta ocasión nos están diciendo por todos lados que “esta vez será diferente” el sentido común me indica que al menos, esta dinámica de todo “boom para arriba” puede estar generando algún que otro patrón burbujeante en donde “compramos hoy simplemente porque mañana todo estará más caro”. Y probablemente en este concepto radique la motivación de una Fed en plena retirada de QEIII y poniéndole algo de presión a la parte corta de la curva.
También es muy cierto que, tal como dijo Ben Bernanke, esta histórica política monetaria laxa es un experimento no probado, experimento del cual sólo conocemos los resultados en el corto plazo. Por el momento no caben dudas que tanta inyección monetaria ha estabilizado a los mercados con un VIX casi en mínimos. En el corto plazo es muy claro que la estrategia de la Fed post-Lehman ha funcionado a la perfección. Pero obviamente también queda remanente la pregunta del millón: ¿estará la estabilidad de corto plazo hipotecando la del largo? La Fed lo sabe y por eso se vino el “tapering de QEIII”.
Nota: desde el viernes pasado comencé a observar muy atentamente la negatividad de las tecnológicas americanas, ojo con esta puerta de aversión al riesgo que parecería querer abrirse.
Germán Fermo, Ph.D.
Director, MacroFinance
Director, Maestría en Finanzas UTDT