No, no voy a hablar de la deuda (total…pública y privada) de los países desarrollados. Sobre esto hemos hablado mucho en el pasado y seguiremos hablando mucho en el futuro.
Simplemente les dejo el siguiente gráfico (seguro que lo conocen) extraído del último informe de Estabilidad Financiera del FMI.
Pero, ¿y el resto de las economías? Me refiero a las emergentes.
De hecho, también hemos hablado en algún momento sobre el fuerte aumento de la deuda privada en China. Más de 2 veces el producto en estos momentos, apenas compensado por la limitación (50 % del PIB) de la deuda pública. Al final, no es sólo el nivel alcanzado por la deuda privada como la velocidad en que se ha producido. Pero no se inquieten demasiado: las autoridades chinas, desde el Gobierno al Banco Central, tienen margen de actuación. Y probablemente lo utilicen durante el año.
Si lo vemos en conjunto, las economías asiáticas han doblado su nivel de deuda total durante la Crisis hasta superar ahora 2 veces el PIB. Tiene sentido: ¿cómo podrían haberse protegido del shock exterior de la Crisis de los países desarrollados si no era estimulando su demanda interna? El tan comentado (y deseado) cambio de modelo de crecimiento. Pero, con costes. Y uno de ellos era precisamente desde la sobreinversión en algunos casos, el deterioro de la balanza exterior en otros y excesos de precios de activos (residencial) en el resto. Las condiciones financieras (el capital golondrina, especialmente desde los mercados financieros desarrollados. ¿El resultado? 25 % del PIB en el caso de la deuda de los hogares, del 50 % en el caso de la deuda pública y más del 125 % de la deuda de las empresas (75 % antes de la Crisis).
Naturalmente, podemos considerar las cifras anteriores como inquietantes pero no de forma inmediata. De hecho, si el aumento de la deuda, especialmente empresarial, se ha traducido en niveles altos de productividad, si la tensión en los mercados es limitada y si la recuperación económica mundial se afianza. Estas son las condiciones para no temer que haya un proceso, a su vez, de desapalancamiento en estas economías coincidente con el propio desapalancamiento que ya vemos en las economías desarrolladas. Lo iremos viendo, poco a poco.