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El estado de flujo, el ideal para cualquier trader

por Carlos Montero Hace 10 años
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Hace años asistí a una interesante conferencia de varios de los traders más exitosos de la bolsa londinense y de EE.UU. Las estrategias operativas que aplicaban estos inversores eran diversas: Había gestores que aplicaban modelos cuantitativos, indicadores de momento, modelos que anticipaban los flujos monetarios y su destino, los que utilizaban análisis técnico en sus diversas variantes…

Todo muy interesante pero ya escuchado. Lo que me llamó realmente la atención fue el hincapié que ponían todos ellos en el control emocional. En eso había plena coincidencia. “El control de las emociones es realmente el verdadero talón de Aquiles de un inversor”, comentaba uno de estos gestores. “Puedes tener el mejor modelo operativo, pero si no tienes el control emocional suficiente como para aplicarlo aún en las condiciones más adversas, te dejarás llevar por el miedo o por la codicia, y todos los esfuerzos no habrán merecido la pena”, añadía.

No podía estar más de acuerdo con esa afirmación, que anoté en rojo en mi libreta. Lo he experimentado en mis propias carnes. Las emociones desbordadas son el peor enemigo de un gestor.

Muchos de estos traders utilizaban técnicas de relajación como la meditación, el yoga, o practicaban asiduamente deporte. Eran prácticas que las consideraban una parte más de su trabajo, como el analizar un gráfico, o mirar el balance de una empresa.

Brett Steenbarger, autor del best seller “La psicología del trading”, defiende que la condición ideal del trader (aunque yo lo extendería a otros campos de la vida), es el estado de flujo,  que se produce cuando nos encontramos totalmente centrados en lo que estamos haciendo y abiertos a nuevas experiencias. Es el mejor estado para mejorar el procesamiento de información.

En el estado de flujo hay un equilibrio óptimo entre los desafíos que enfrentamos y nuestro nivel de talento y habilidad. Cuando los desafíos abruman nuestras habilidades, experimentamos frustración. Cuando el reto es insuficiente, experimentamos aburrimiento. Tanto la frustración como el aburrimiento nos mantienen fuera de lo que estamos haciendo. En el estado de flujo estamos inmersos en la actividad que estamos realizando, tanto que el tiempo pasará completamente inadvertido.

El siguiente diagrama que muestra Steenbarger muestra gran parte de lo que experimentamos según el nivel del reto y el nivel de las habilidades asociadas.

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El novelista y filósofo británico Colin Wilson observó que los actos de voluntad -a menudo causados por la crisis - pueden superar la frustración y el aburrimiento y nos transportan a un estado de flujo. “Pasamos la mayor parte de nuestras vidas mono conscientes. Un estrecho estado en el que sólo somos conscientes del momento presente. Podría compararse con estar en una galería de cuadros, pero estar obligados a permanecer a una pulgada de un lienzo”, afirma Wilson. “Cuando somos capaces de distanciarnos de la imagen nuestro estado se expande, y las mezquinas preocupaciones e inquietudes del presente ya no importan.”

Hay factores fisiológicos que demuestran la observación de Wilson y el estado de flujo. Nuestro foco de atención se mejora cuando la corteza pre frontal del cerebro recibe una descarga de dopamina. Cuando experimentamos algo tan intrínsecamente interesante, divertido y/o desafiante, esa sacudida nos mantiene ocupados en lo que estamos haciendo. En cierto sentido, las personas altamente productivas y creativas, que han cultivado la capacidad de mantener estados de flujo, lo hacen debido a las adicciones positivas.

La mejor manera de aprender de los mercados, concluye Steenbarger, es estar absortos en ellos y sus patrones. Podemos mantener mejor esta atención si estructuramos nuestro aprendizaje de manera que los retos nos proporcionen una dosis de dopamina, no de frustración. No sólo se trata de la codicia y el miedo. La experiencia emocional es esencial para dominar la operativa en los mercados.


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