A corto plazo siguen los vaivenes dentro del desplazamiento lateral. A medio plazo son difíciles, tanto subidas significativas como caídas importantes. A largo plazo la tendencia es alcista.

La amenaza de que Grecia fije un impuesto a los tenedores de su deuda pública ha golpeado los mercados, principalmente los periféricos (Deuda y Bolsa). Así todo en Europa, siguen las Bolsas en máximos anuales, especulando con un QE del BCE para junio, y en Wall Street en zona de máximos históricos por la oleada de operaciones corporativas. A la abundante liquidez y falta de alternativas de inversión, se suma ahora la posibilidad de que aumente todavía más la liquidez con un QE del BCE. Seguramente solo bajaran tipos o pondrán en negativo la tasa de depósitos (lo que ya estaría descontado), pero en los mercados se especula con un QE para junio (lo que representaría entre doce y dieciocho meses de Bolsas al alza). Las ayudas de los bancos centrales es una gran noticia para los mercados, que confían más en ellos que en el crecimiento económico. Mientras tanto, Wall Street hace nuevos máximos históricos impulsados por la racha de compras y fusiones corporativas y las mejores perspectivas de las empresas con intereses en la Eurozona. En el lado negativo está el temor a que la situación económica sea peor de lo aireado por los Gobiernos y la crisis de Ucrania que está muy lejos de terminar.

El Ibex 35 se ha perdido la banda lateral-alcista de las últimas semanas, volviendo a la directriz alcista iniciada el pasado mes de junio. De momento no pasa nada importante y se mantiene el gran lateral.