Sin duda una de las noticias de la semana pasada ha sido el triunfo electoral en India de Narenda Modi, que será investido como primer ministro esta semana y que ha levantado expectativas muy positivas entre los inversores.
Como consecuencia de ese resultado electoral, la Bolsa india, que tuvo una seria corrección el año pasado entre junio y septiembre, tras anunciar Bernanke la posible reducción de las inyecciones mensuales de liquidez por la Fed (tapering), ha tenido una fuerte subida semanal del 2,4%, que se suma a subidas anteriores, de forma que el Sensex acumula ya en el año un alza del 16,8%.
El gráfico que adjuntamos muestra de forma muy clara, a través del ETF Lyxor MSCI India, la caída de la Bolsa india desde junio hasta fin de agosto del pasado año, afectada por la salida de capitales y la rápida depreciación de la divisa (rupia). Era el momento en el que India se situaba como la más frágil de las llamadas "cinco frágiles" es decir, economías con pocas reservas para afrontar una situación de déficit comercial y de desconfianza tras el anuncio de tapering por la Fed, que hizo salir mucho del " dinero caliente" que había entrado previamente en varias economías emergentes, entre ellas India.
Pero, a continuación, vemos también en el gráfico la gran recuperación posterior del Sensex, que, tras la escalada desde el uno de enero, está en máximos de los últimos cinco años. El nombramiento de un gran economista, Raghuram Rajan, como Gobernador del Banco Central, y la expectativa de una victoria del candidato Narenda Modi en las elecciones generales, victoria que efectivamente se ha producido en los recientes comicios, han dado la vuelta a una economía que hace menos de un año parecía condenada a un circulo vicioso de fuga de capitales y deterioro de la demanda interna.
Rajan supo tomar medidas duras pero efectivas, como la subida de tipos o los controles de salidas de capital, que estabilizaron la situación. Ahora se espera que Narenda Modi, tras su investidura como primer ministro tome medidas estructurales (reforma laboral y reforma de la tierra incluidas) y coyunturales (programas de inversión en infraestructuras) que revitalicen el crecimiento, un crecimiento que ha caído del 10% a menos del 5% en los últimos cuatro años.
Apostamos claramente por la Bolsa India en el medio y largo plazo, pero, tras las recientes y espectaculares subidas en vertical de sus cotizaciones, no seriamos partidarios de comprar en este momento, sino que esperaríamos a la previsible toma de beneficios, aprovechando caídas para entrar. Más aún sabiendo que Modi se va a enfrentar a enormes retos para implementar su programa de reformas, y no lo tendrá fácil, ya que no dispone de mayoría en la Cámara alta.