Dejarse llevar por los sentimientos e invertir en Bolsa son cuestiones totalmente incompatibles. Es lo que pienso y sin lugar a dudas lo que el tiempo me ha enseñado. Operar dominado por corazonadas resulta tan peligroso como jugarte tu dinero en la ruleta del casino.
Comúnmente cuando se habla de sentimientos en Bolsa nos referimos a la conocida como psicología del trading, donde habrá que hacer especial incapié en el sentimiento de euforia. Los buenos resultados de las operativas y estrategias que se llevan a cabo, deben ser tomadas con la más absoluta prudencia y humildad.
El hecho de que los últimos escenarios planteados hayan sido adecuados, no debe ser óbice para pensar que todo lo que hagamos a posteriori sea infalible. Desgraciadamente, la euforia que se adquiere tras varias operaciones exitosas, puede hacernos cometer errores muy costosos, que den al traste con los beneficios obtenidos previamente, incluso con la inclusión en pérdidas.
Podría asemejarse con la sensación de inmortalidad propia de los jóvenes... como somos tan buenos nunca nos equivocaremos, pase lo que pase. La realidad es otra bien distinta, y en un mercado tan complicado y cambiante como el de estos tiempos que corren, nada debe hacernos perder la cabeza; ni el éxito, ni el fracaso.
Como consejo personal, os recomiendo que nunca os "dejéis llevar" por los comentarios que se viertan en este u otros Blog de Bolsa, cualquier otro medio de difusión, sea escrita, radiofónica, televisiva o a través de la red. Tener siempre una opinión propia y no guiaros ciegamente por terceras personas, a no ser que sea a través de un profesional.
En general, hay que intentar aprender algo nuevo de cada operativa y estrategia, de cada movimiento que se realice. Ya sabéis que: "comprar el pescado en la pescadería está bien, pero aprender a pescar es aún mejor".