En cualquier trabajo o actividad profesional es fundamental llegar en óptimas condiciones, pero en el caso del trading y de las inversiones esta máxima cobra aún si cabe mayor importancia que en la mayoría de profesiones.
La razón estriba en que es una labor mental y no física, de manera que la más mínima desconcentración puede tener efectos adversos.
Hay cuatro pilares básicos que sin duda ayudan a mejorar nuestra predisposición y afrontar la jornada laboral con plenas garantías: alimentación equilibrada (sobre todo que la cena de la noche anterior sea ligera y varias horas de acostarnos, y que el desayuno sea generoso pero sin grasas ni azúcares), ejercicio moderado (a ser posible cada día y un mínimo de 30 minutos), descanso suficiente (dormir a ser posible un mínimo de 7 horas), estado mental.
Me gustaría prestarle una atención especial a este último aspecto, el estado mental. Imaginen a un marido que está en su casa esperando que su esposa regrese pero acumula ya un retraso importante. ¿Cómo recibirá a la esposa cuando llegue? Pues dependerá del estado en el que el marido se encuentre cuando llegue la mujer.
En el ejemplo 1 tendríamos al marido que se temía lo peor, se imaginaba que habría tenido un accidente de coche. ¿Reacción al llegar su esposa? Felicidad, alivio, alegría, la recibirá con un abrazo y un beso.
En el ejemplo 2 tendríamos al marido furioso, enfadado, celoso, se le pasa muchas cosas por la cabeza. ¿Reacción? Hostilidad, mal ambiente, discusión, bronca.
Hay factores que inciden en el estado mental que tenemos en cada momento. Cansancio, fatiga, estrés, bajo nivel de azúcar en la sangre, tener un dolor físico
Por tanto, según el estado mental en el que nos encontremos, reaccionaremos de una manera concreta ante cada hecho de la vida. La idea es que nuestro comportamiento y actitud es el resultado del estado mental en el que nos encontremos.
Si extrapolamos todo esto al trading y las inversiones, la cosa adquiere tintes más serios e importantes.
Si nuestro estado mental a la hora de operar está bajo los efectos del cansancio (por haber dormido poco), del enfado (por haber discutido con alguien), de la debilidad (por una incorrecta alimentación), de la sobreexcitación (por el abuso de café), la predisposición no es la idónea para trabajar, seguramente el resultado al final de la jornada sea negativo.
Así pues, mi humilde consejo es que si no se tiene la cabeza y la mente al 100%, es mejor no operar ese día, es preferible un día a cero que un día con pérdidas.