A corto plazo las Bolsas intentan romper el lateral de los últimos meses, pero la ruptura un lateral tan largo necesita tiempo para confirmarse. A medio plazo hay más probabilidades de quedarse en el lateral que de salir al alza.

Ya se han olvidado las elecciones europeas y todo el interés de los mercados se centra en la reunión del BCE de la próxima semana donde Mario Draghi intentará mantener la euforia de los mercados, bajando tipos, poniendo una tasa negativa de depósitos, e incluso iniciando un nuevo LTRO. Lo que no parece dispuesto a hacer es un QE. Así todo, la falta de alternativas para invertir en otros activos canaliza toda la liquidez a la renta variable. La caída de la rentabilidad de la renta bond, etc.), hace que el dinero se concentre en la renta variable, que es el único activo financiero que ofrece una aceptable rentabilidad. En este entorno, obsesivamente dependiente del BCE, solo una brusca caída de Wall Street, daría un susto a las Bolsas. Lo demás, China, Ucrania, Francia, sobreendeudamiento, etc., no importan.

El Ibex 35 ha superado sus máximos anuales de los 10.705 puntos y tiene su objetivo en la línea que une sus últimos máximos, en el entorno de los 10.810 puntos. Es probable que incluso la supere antes de la reunión del BCE, pero es difícil que la mantenga. Técnicamente está formando una cuña ascendente, una figura chartista peligrosa, pues suele romperse a la baja. Se pueden realizar beneficios parciales esperando una corrección y vuelta al lateral.