Utopía, demagogia o simple hastío. Sinceramente, soy incapaz de concretar cuál de estos tres factores ha pesado más en las elecciones europeas del fin de semana pasado. Naturalmente, me refiero a la fragmentación política, al crecimiento de los partidos populistas y extremistas. Para algunos electores, la realidad es demasiado dura y las perspectivas a futuro inciertas como para no desear un cambio. Y un cambio de cualquier tipo aunque ellos mismos reconozcan que a medio y largo plazo presenta unas perspectivas incluso más inciertas que las actuales. Pero, cambio al fin y al cabo. Y en un mundo como el actual donde vivimos el momento (que se lo digan a los inversores financieros), forzar un aplazamiento en la flexibilidad productiva, en los ajustes fiscales pendientes y hasta en las reformas estructurales imprescindibles para aumentar el crecimiento potencial a medio plazo supone un balón de oxígeno al que agarrarse a corto plazo. El corto plazo lo domina todo.
Hace veinte años más o menos discutía una situación actual no tan diferente en Japón. "Mejor dejar que se derrumbe todo y volver a empezar"; esta fue la oferta que me hizo mi jefe en aquel momento refiriéndose a la Crisis financiera, bancaria y económica nipona. Demasiado fuerte, en mi opinión. Naturalmente, la reacción final de las autoridades fue tratar de dosificar reformas, ajustes y políticas que evitarán precisamente una ruptura total. Reformas, ajustes y políticas que de forma mesurada pero estable en el tiempo lograrán vencer a la Crisis. Leyendo las recientes conclusiones del FMI sobre la situación japonesa tengo la percepción de que no se ha avanzado lo suficiente para realmente vencer las incertidumbres que aún no nos dejan ver el futuro de la economía de aquel país. Veinte años es mucho tiempo. ¿Hubiera respondido lo mismo a mi jefe de saber que en 20 años no se habría avanzado lo suficiente? Me inquieta la respuesta.
"Recuperar la confianza perdida"; hay un artículo de opinión que he leído en un periódico nacional con este título. Admito que la primera vez que lo vi, inmediatamente pensé en forzar el optimismo de los agentes económicos (consumidores y empresas) para gastar e invertir. ¿Y la deuda aún acumulada? ¿la debilidad del empleo? ¿el elevado output-gap? . Pero, no: era un artículo con trasfondo político. Se trataba de recuperar la confianza del electorado, también agentes económicos, de forma que vieran las ventajas a medio y largo plazo de las políticas emprendidas. Para lograrlo se inclinaba por comenzar ya a traer a corto plazo estos beneficios futuros. ¿Y cómo se hace esto? Naturalmente, lo más fácil y rápido, es precisamente echar mano de la política fiscal expansiva. Aunque sea limitada, como sólo te puede ofrecer parte de los mayores ingresos y menores gastos de los estabilizadores automáticos. ¿Y la mejora necesaria del déficit? Esto deja de ser prioridad, especialmente ante el cambio observado en las perspectivas del electorado. De nuevo, la utopía, demagogia o el propio hastío al que me refería al principio. Y si el ECB encima nos echa una mano, pues mucho mejor.
Y de todo lo anterior pasamos a la reunión de la autoridad monetaria europea, clave de esta semana. Todo es posible, aunque algunas potenciales medidas parecen poco probables. No, no les voy a aburrir de nuevo con lo que yo espero para la reunión. De hecho, les diré que la mayoría de los analistas esperamos más o menos lo mismo. Y esto me lleva a esperar que la reacción del mercado a las medidas va a depender de....lo que ocurra en los mercados USA. Así ha sido siempre. ¿Qué cuándo va a cambiar? Este cambio ya se está produciendo, pero es muy lento. De hecho, la sobrevaloración del Euro es parte de este cambio. Por eso, salvo que haya un QE de cierta magnitud (no es lo que espero) lo razonable es esperar que la moneda europea vuelva a apreciarse. Pero, si el ECB decide establecer tipos negativos en el depósito (eso sí lo espero) la subida en las próximas semanas/meses del EUR será sólo de una o dos figuras. Por debajo del nivel máximo de este mismo año. Donde si veo un impacto claro es en forzar una mayor caída en las primas de riesgo europeas. Aunque esto será consecuencia de una mayor distorsión del mercado y no tanto de una mayor confianza. Pero, esto tampoco supone una sorpresa visto lo visto hasta el momento.
¿Y las bolsas? Bien. La semana pasada alcanzando nuevos máximos a nivel mundial. Poco volumen, datos económicos ambiguos, como ambiguos son los discursos de algunos bancos centrales. Me refiero especialmente a los anglosajones. Pero, la ambigüedad también sirve para afianzar al mercado. Lamentablemente, seguimos viviendo del corto plazo. Y esto también explica el escaso dinamismo de los mercados financieros. Aparentemente tan sólidos; terriblemente frágiles.
Las principales referencias para la semana son:
* USA Hoy tendremos el ISM manufacturero y los gastos de construcción. Mañana conoceremos los pedidos intermedios y ventas de autos. El miércoles se publican los ADP de empleo privado, la productividad marginal, balanza comercial e ISM de servicios. El jueves se publican los datos de desempleo semanal. Y por fin el viernes los datos de empleo y crédito de consumo
* Zona EUR Hoy tendremos los datos finales de PMI de la zona en mayo. Y la inflación en Alemania, también el presupuesto en Italia. El martes conoceremos el paro registrado en España, desempleo en Italia y también la inflación/desempleo para el conjunto de la zona. El miércoles tendremos el PMI de servicios de la zona, con los precios de producción y el desglose del PIB del Q1. El jueves esperamos el desempleo francés, pedidos intermedios en Alemania y las ventas al por menor de la zona. Naturalmente, la reunión del ECB centrará toda la atención. Por último, el viernes conoceremos la producción industrial, balanza comercial y costes laborales en Alemania. En Francia tendremos el presupuesto y la balanza comercial. Y en España se publica la producción industrial.
* Japón Indicador de confianza el próximo viernes