Dos son los cambios que deja a su paso la jornada de ayer en el S&P 500. De un lado, tenemos que la onda sinusoidal modificó el suelo teórico (ST) del ciclo, ajustándolo a la derecha. Así, ahora el ST se prevé para el 11 de octubre, en clara coincidencia con las vibraciones de Gann capaces de forzar un suelo que figuran respectivamente hoy y mañana.

El otro aspecto reseñable es el desplazamiento de la línea horizontal cuya rotura al alza activaría una señal de la posible conclusión de la fase descendente del ciclo. Esa nueva línea se sitúa en 1.691,94.

Entretanto, no podemos esperar el desarrollo de una nueva onda alcista hasta que el ciclo de 10 días, que permanece en la fase descendente, forme su suelo y se encarame a la fase ascendente. Será entonces cuando el S&P 500 dispondrá de una nueva oportunidad de certificar asimismo el suelo del ciclo de 40 días.

Como hace varios días que no lo visito, echemos un nuevo vistazo al McClellan Oscillator. En verdad, aunque sin llegar a un estado de sobreventa, este indicador ha caído con bastante fuerza, en una clara demostración de que la mayoría de las acciones que engrosan el índice norteamericano está en una rabiosa tendencia bajista.

De hecho, a tenor de la caída del McClellan, lo lógico habría sido que el S&P 500 hubiese registrado un descenso mucho más pronunciado. Que no hay sucedido tal cosa es achacable a que los manipuladores de turno (Reserva Federal y sus bancos intermediarios) se han encargado de meter dinero en aquellas acciones con mayor ponderación del S&P 500, impidiendo que la tendencia bajista imperante muestre su verdadera cara. Son unos maestros.

A todo esto, en el gráfico del McClellan he marcado las tres últimas señales que ha desencadenado este indicador. En la primera, tras entrar en sobrecompra, el indicador dibujó una divergencia bajista que anticipó el techo del ciclo de 40 días. En la segunda, tras entrar en sobreventa, el indicador dibujó una divergencia alcista que anticipó el suelo del ciclo de 40 días. Para la última, la menos habitual, bastó con que el McClellan ingresara de nuevo en estado de sobrecompra, sin necesidad de dibujar una posterior divergencia bajista.

He aquí, por tanto, un muestrario de las excelentes señales que es capaz de generar este indicador de amplitud.

Permanezcan atentos.