Hay ahora malas noticias en el mundo de los metales preciosos monetarios, que tienen que ver con el establecimiento de sus precios referenciales. Como recordará, los últimos meses han estado cargados de presiones sobre los famosos y longevos London Gold Fix (LGF) y London Silver Fix (LSF), mecanismos análogos que hasta la fecha “fijan” la cotización bajo la cual se celebran innumerables contratos y transacciones entre compradores y vendedores de oro y plata, respectivamente.
Dichas presiones se deben a investigaciones que iniciaron organismos reguladores como la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido (FCA, por sus siglas en inglés) o el alemán BaFin, y que han concluido con el cese voluntario de operaciones del LSF a partir del próximo 14 de agosto, con especulaciones respecto a que el LGF correrá la misma suerte y una multa al banco británico Barclays por manipular el mercado del oro.
Pues bien, las informaciones más recientes confirman nuestros temores. Y es que la Asociación del Mercado de Lingotes de Londres (LBMA, por sus siglas en inglés) según ha informado Reuters, sigue en consultas con la industria para construir una alternativa a la “muerte” del LSF, y posiblemente al cambio o relevo que tendría que darse en el LGF.
Dos grandes bolsas están entrando a la competencia en la LBMA por establecer el nuevo mecanismo de precio referencial de la plata, y estas son el Chicago Mercantile Exchange (CME) y el London Metal Exchange (LME). Todo apunta a que la solución propuesta es la de un sistema electrónico. Ambos organismos han hecho pronunciamientos en el sentido de estar trabajando muy de cerca con la LBMA, por supuesto, con la intención de apuntalar la posición global de Londres en el mercado de metales preciosos.
Asimismo, también la empresa evaluadora de precios de referencia de materias primas Platts y la agencia Thompson Reuters estarían en pláticas con la LBMA para proveer una solución alternativa al mercado. La LBMA ha consultado a empresas mineras, usuarios, inversores, reguladores y estas posibles empresas participantes para conocer sus opiniones respecto a cuál sería el “mejor” nuevo mecanismo de fijación de precios de la plata.
Es evidente que la noticia de que China está aprovechando la crisis en los “Fixes”, haciendo lo propio para impulsar a Shanghái como el futuro centro principal de establecimiento de cotizaciones de referencia del oro y la plata, no cayó nada bien en la capital británica ni en Nueva York.
Más allá de ello, hay algo que nadie ha dicho hasta el momento con todas sus letras: La acción de las autoridades reguladoras sobre los “Fixes” fue lanzada a gran escala con el único propósito de ofrecer en sacrificio una o dos cabezas visibles en el sector financiero privado, propiciar una reforma y luego poder decir al público inversor: “no se preocupen, todo está bien ahora. La manipulación terminó”. Sin embargo, nada estás más alejado de la realidad.
En los hechos, este ataque oficial contra el LGF y el LSF es no es más que una mera confiscación de los precios referenciales de los metales preciosos en beneficio de los verdaderos manipuladores. El mensaje siciliano fue entendido por los entes privados y esta fue una de las razones por las cuales nadie quiso entrar a cubrir el lugar que dejó en ambos mercados la salida del Deutsche Bank.
Decimos que se trata de una confiscación porque si bien es sabido que los bancos de lingotes todavía manipulan el mercado para obtener ganancias de las variaciones de precios –y del cual el caso Barclays no es sino una pequeña muestra, la manipulación de fondo es orquestada por bancos centrales como (¡oh sorpresa!) la Reserva Federal de Estados Unidos, el de Inglaterra y el Banco de Pagos Internacionales que ahora lo harán en exclusiva. El Comité de Acción Antimonopolio del Oro (GATA) ha ofrecido por años evidencias de sus mañosas intervenciones.
De modo que ese poder detrás de la cortina decidió dar un manotazo en la mesa para quitar a los bancos de lingotes el privilegio de obtener ganancias manipulando precios –para que ahora ellos como banqueros centrales y gobiernos occidentales monopolicen el falseo del mercado.
Lo peor es que si surge un nuevo sistema automatizado de precios de referencia como se plantea, esto no hará más que seguir ocultando la manipulación de fondo: todo habría cambiado para dejar las cosas igual. La agravante es que ahora, ¿quién pondrá en tela de juicio la operación “sin la mano del hombre” de robots que calcularán ahora las cotizaciones referenciales con base en transacciones “reales”? Se están cubriendo las espaldas.
El problema no obstante es que en esas transacciones “reales” seguirán más a gusto que nunca metiendo mano desde lo “oscurito”, con total impunidad, aquellos ya aludidos cuyo supremo interés es el de mantener vivo el mayor tiempo posible el condenado sistema actual de dinero irredimible, cuyo monarca es el dólar. Pobre de aquel que se deje engañar. La transferencia del poder hacia Oriente, está en marcha.