No es la primera vez que me hago esta pregunta. Y, créanme, tiendo a aprender de mis errores. Uno de los más importantes ha sido el subestimar el poder del dinero. El contagio positivo al que se refería Draghi a principios de año. El efecto manada o directamente el espirito animal que domina a los mercados en entornos de incertidumbre. ¿La inestabilidad? Limitada por los bancos centrales, lo que no hace más que acentuar la especulación. Pero, claro, en este caso una especulación positiva.
Vuelvo a plantearme esta pregunta al observar en primer lugar los indicios de agotamiento en la bolsa norteamericana. Me dice un compañero que su descenso desde máximos históricos ha sido del 5 % (-1.2 % ayer), bien por debajo del promedio de correcciones en el pasado que han llegado a ser del doble. No me fio de las estadísticas cuando los contextos son muy diferentes. Y en esta ocasión lo son. Pero esto no le resta valor a la historia, que en muchas ocasiones se convierte en el principal indicador de comportamiento futuro. Especialmente cuando somos muchos los que lo analizamos.
Pero, la cuestión de fondo es buscar el detonante para que los inversores se dejen arrastrar por una corriente de ventas (siempre limitada…haya demasiado dinero). ¿Por qué lo habrían de hacer ahora cuando la parálisis de la Administración norteamericana ha tenido hasta el momento un impacto marginal? Precisamente por esto: la Crisis administrativa se prolonga en el tiempo más allá de lo esperado. Aunque hay otro factor en mi opinión incluso más poderoso como sería la progresiva iliquidez del mercado. Un mercado sin profundidad es favorable a la inestabilidad, precisamente cuando la inestabilidad implícita en el VIX no ha hecho otra cosa que aumentar en los últimos días hasta alcanzar los niveles más altos desde antes del verano. En aquel momento el S&P se movía en niveles de 1600/1630 puntos frente a los 1660 puntos actuales.
Y los resultados empresariales. Ayer los de Alcoa sorprendieron de forma positiva con un dato de EPS de 0.11 $ desde 0.05 $ previsto. Incluso los ingresos también fueron mayores de lo esperado, hasta 5.77 bn. Se esperaban 5.63 bn. La acción sube en aplicaciones más del 3.0 %. Pero, ¿es extrapolable este dato a nivel mundial? ¿lo es en el caso del propio S&P? Para el conjunto del ejercicio el mercado espera que los beneficios empresariales crezcan a ritmos del 9/10 %. ¿Recuerdan las nuevas previsiones de crecimiento del FMI anunciadas ayer? ¿no se revisarán también a la baja las previsiones de resultados? La productividad, en nuestro caso la “mala” ante la falta de inversión, puede con todo. Pero no se puede estirar como un chicle. Nosotros esperamos que los beneficios de las empresas a nivel mundial crezcan este año un 7 %. Y el spread con las previsiones del mercado debería ajustarse en la segunda mitad del ejercicio.
Las bolsas mundiales acumulan subidas del 2 % en el año, más del 120 % de apreciación desde los mínimos que vimos en 2009. Pero, como he escuchado a alguno de mis competidores, siguen siendo un 10 % por debajo de máximos históricos (40 % en el caso de algunos índices, como sería nuestro Ibex). Aquí ya tienen el próximo reto a batir, naturalmente siempre que los bancos centrales ayuden. Y es que las valoraciones baratas (en términos absolutos y relativos) se convierten ahora en valoraciones razonables preludio en un futuro cada vez menos lejano (nosotros esperamos subidas del 18 % en las bolsas mundiales en un año…aunque somos negativos a muy corto plazo) de precios altos.
Sí, ¿corrección a muy corto plazo? ¿una nueva oportunidad de compra? Decidan ustedes. Depende, claro, del escenario de crecimiento. Pero esto sería lo racional. Ahora, además, depende en mayor medida de los bancos centrales. Y los discursos a muy corto plazo vuelven a ser ambiguos. Atención mañana el BOE. Hoy a la publicación de las Actas del último FOMC.