El mes pasado en el artículo “China va por mercado mundial del oro”, le informamos que autoridades de ese país se acercaron a bancos extranjeros –entre ellos HSBC, Standard Bank, Standard Chartered Bank, Australia and New Zealand Banking Group y Scotiabank– y productores, para invitarlos a participar en una nueva bolsa global de oro en Shanghái.
Lo relevante en todo caso es que el centro de operaciones será la Bolsa de Oro de esa ciudad china (Shanghai Gold Exchange o SGE), que es un mercado netamente de metal físico, y que esto significa un paso adelante en sus planes futuros de acaparar el mercado del metal precioso a nivel mundial, hoy “gobernado” por Londres y Nueva York.
Pues bien, gracias a la traducción de un artículo en mandarín –publicado por el blog In Gold We Trust de Koos Jansen– referente al discurso nada menos que del presidente del SGE, Xu Luodo, en un foro sobre inversiones en oro, podemos darnos cuenta de primera mano que todo marcha conforme lo planeado.
La nota se titula “China debe convertirse en un Mercado de Oro Internacional de Primera Clase”. En ella, Xu deja en claro que él mismo está desarrollando el SGE para pasar de ser un mercado doméstico, a una bolsa de oro internacional para que China tenga una voz determinante en el establecimiento de los precios del metal. Como ya hemos dicho aquí, eso en el fondo nos habla de los planes chinos de estimular la internacionalización del yuan y de su apertura paulatina al flujo libre de capitales.
No sorprende el tono de Xu que evidencia su aprecio por el oro, a diferencia por ejemplo de autoridades, funcionarios y académicos occidentales que se empeñan en denostar su papel monetario. Habló a de que el mercado del metal en su país es una “fuerza importante” y una “energía positiva” en el contexto internacional, pero cuya influencia en el precio por desgracia no se corresponde con sus dimensiones. Esto se debe a la importancia que tienen aún Londres y Nueva York en la determinación de las cotizaciones, en gran parte, por transacciones de oro papel.
Pese a ello, Xu destacó que en la actualidad, el mercado de oro físico se centra en realidad en Oriente, y sobre todo en China. Las cifras que manejó expusieron –como aquí también lo hemos señalado- una vez más que las estimaciones del Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés) subestiman el insaciable apetito chino por el metal. Dijo que mientras las empresas mineras produjeron 428 toneladas (tons.) y se importaron 1,540 tons. adicionales para satisfacer al mercado, lo que nos acerca a las más realistas 2,000 tons. de demanda china, no a las 1,065 tons. que estima el WGC.
Desde luego, Xu está consciente de que impulsar a China como capital mundia del rey de los metales, es una tarea ardua que exige el desarrollo del mercado y sistemas, una ampliación de su oferta de productos y coberturas, etc. Está trabajando en ello.
Explicó que el SGE cuenta con casi 8 mil inversionistas institucionales y cerca de 5 millones de inversores individuales. Espera que el crecimiento de la clase media en su país incremente de manera importante el número de personas interesadas en invertir en los mercados de capitales, y por supuesto, en el del oro.
Asimismo, Xu fue explícito al señalar que la internacionalización de la institución que preside, implica permitir que inversores externos lleguen a esta bolsa a comerciar oro en contratos fijados en renminbi (yuan, la divisa china). De manera que la SGE se consumará en cuestión de tiempo como la mayor plataforma internacional con inversionistas globales, por lo que según Xu, China será la “primera clase” en el mercado internacional del oro, y su jugador más importante. De continuar en esta dirección, podemos estar seguros de que así será.