La renta disponible de las familias de la zona EUR han repuntado en términos reales un 0.6 % en el Q4 del año pasado, la primera subida desde finales de 2010. En el Q3 la caída fue del 0.3 %.
Si consideramos la evolución de la renta disponible nominal, el aumento a finales del año pasado era del 1.5 %, acelerando la subida del 1 % anterior.
Detrás de esta mejora hay tres factores: 1. Mejora en la compensación del empleo; 2. Mayores rentas por propiedad ; 3. Desaceleración en la inflación. No, no me olvido de la política fiscal. Neutral en la mayoría de los países de la zona desde la primera mitad del año pasado. Pero, es el primer factor y la desaceleración de la inflación (40 % su impacto) los que explican en mayor medida la mejora en la renta de las familias.
La cuestión ante estos datos es obligada: ¿hasta qué punto de las familias europeas van a destinar esta mejora en gasto? Por el contrario, ¿van a priorizar en sus decisiones el ajuste pendiente de la deuda?. Ser optimista sobre la evolución del consumo de la zona es asumir que el ajuste de la deuda, en su mayor parte, se mantendrá en el aire condicionando precisamente a medio plazo la solidez de esta recuperación del consumo. Pero, por el contrario, seguir con el ajuste de la deuda significa que la recuperación de la demanda interna en términos de consumo seguirá titubeante en el futuro próximo. Pero bajo mejores perspectivas a medio plazo. Veremos.