El Primer Ministro japonés presentó ayer un paquete de medidas ("Third Arrow") enfocadas a aumentar el crecimiento a largo plazo. Por cierto, un paquete de medidas denominado "estrategia del crecimiento" y no tanto "reformas estructurales". ¿Por qué el Gobierno japonés huye de utilizar estos términos que tanta aceptación positiva tienen a nivel internacional? Uno de nuestros economistas me ha aclarado esta cuestión: el término de reformas estructurales tiene una consideración negativa a nivel interno, en parte como memoría histórica de reformas anteriores con limitado impacto económico y mayor desigualdad.
¿Y las nuevas medidas anunciadas? Pocas novedades sobre lo anticipado inicialmente y muchas dudas sobre su impacto final en términos de aumentar el crecimiento potencial de la economía. Desde el recorte de impuestos de sociedades hasta medidas para aumentar la población activa, aumentando el peso de la mujer y favoreciendo la inmigración. Pero, seamos prudentes a la hora de valorar estas medidas:
1. No hay detalles sobre el recorte de la tasa marginal de las empresas;
2. No es tanto una política nueva de inmigración como fomentar el trabajo cualificado y limitado de extranjeros;
3. Favorecer la incorporación de la mujer como un reto...para las empresas;
4. Se deja al futuro la reforma agraria;
5. Sigue sin concretarse la reforma laboral.
¿Les parece todo muy difuso? Probablemente esto explique tanto la reacción neutral de la bolsa japonesa como el limitado optimismo de los economistas al valorar el Plan. Positivo, sin duda, buenas intenciones pero difícil de calibrar su impacto a corto plazo. Algunos hablan de años, incluso más de una década, para ver sus resultados. Otros aluden a un rango de aumento del crecimiento potencial de 0.2 hasta casi un punto, desde niveles ahora de medio punto a uno. Sí, sin duda falta mucho por conocer de la Nueva Estrategia del crecimiento. Y mucho sobre cómo se puede conseguir el objetivo último de aumentar la productividad marginal.
¿Y el resto de la Abenomics? Política monetaria expansiva y polítiva fiscal expansiva. Estas sí se han ejecutado como se esperaba en los 18 meses de gobierno de Abe. Y los datos son elocuentes sobre sus resultados: desde una inflación en niveles del 2.7 % (casi un punto influida por la subida del impuesto sobre el consumo) y déficit público que este año puede alcanzar este año el 8 % del PIB (de acuerdo, desde un 9.8 % en 2013, aunque con la deuda pública al alza hasta niveles de 243 % del producto). Nosotros esperamos un crecimiento este año del 1.4 %. Pero esperamos que se estabilice entre un 0.9 /1.2 % en los próximos tres ejercicios.