Se ha escrito mucho sobre la psicología humana a la hora de invertir. Las emociones de la "avaricia" y "miedo" son los conductores predominantes no sólo del comportamiento de los inversores, sino también del desarrollo y disposición al público de nuevos productos financieros que se demandan. Los mercados suben y bajan, y los inversores utilizan productos y servicios en consecuencia del ciclo que toca. Durante los mercados muy alcistas, la demanda de productos "de riesgo" crece. Y a la inversa. Cuando los mercados caen, sube la demanda de productos seguros. Por supuesto, el negocio de los brokers es proporcionar esos "productos" a sus clientes.
Desde esta perspectiva hemos podido ver como distintos productos financieros han estado de moda o quedado desfasados durante los diversos ciclos de boom y crash de los mercados de acciones, comenta Lance Roberts de StreetTalkLive.
“A principios de los 80, vimos cono surgían como setas los "seguro de cartera", que con el tiempo dieron paso al "Crash del 87." A medida que el mercado alcista cobró impulso en la década de los 90 se disparó la proliferación de fondos de inversión ya que se disparó la demanda desde los inversores individuales. Las gestoras descubrieron que era mucho más lucrativo cobrar comisiones todos los años que una comisión de trading una sola vez. La era del "corredor de bolsa" murió oficialmente muerto al surgir la figura del "asesor financiero". El negocio de los fondos de inversión estaba en auge, y el negocio se disparó al repuntar los beneficios.
Sin embargo, al desarrollarse Internet, la siguiente gran innovación vino de la mano del "trading online". Por primera vez, las masas podrían entrar libremente en el mercado y la "Bolsa Casino" se inauguró oficialmente.
¿Por qué iba alguien a pagar por un asesor financiero, y rebajar sus beneficios, cuando lo único que había que hacer era apuntar y hacer clic en su camino a la riqueza?
Las tiendas bursátiles intradía se establecieron por todas partes, junto con videos, seminarios y academias, todo diseñado para enseñar a las personas el "arte de la negociación en su camino a la riqueza."
Eso, por supuesto, fue a finales de los 90 y poco después estalló la burbuja "punto com".
Como se muestra en el gráfico siguiente, el ciclo continúa repitiéndose.
Después del devastador crash de la burbuja "punto com", los minoristas aborrecieron las acciones y giraron su cabeza al mercado inmobiliario, con la idea de que no se podía perder porque "todo el mundo necesita una casa", ¿verdad? A medida que la demanda de viviendas creció, las gestoras respondió una vez más con una letanía de productos como los fondos de inversión inmobiliaria, vehículos de inversión en bienes raíces privados y, por supuesto, los infames productos derivados asociados a hipotecas.
Por supuesto, en el momento en que las personas descubrieron que la burbuja inmobiliaria había explotado, Wall Street ya se había largado sin tener que limpiar el desorden.
La psicología humana y los comportamientos emocionales son muy importantes para entender que son la única constante en un entorno financiero en constante cambio.
La próxima innovación que probablemente marque el techo de mercado
Cerca de cada techo de mercado bursátil ha venido acompañado de un "nuevo" producto en los mercados financieros para aprovechar la "avaricia" de los inversores individuales. En 1929, Charles Ponzi creó el primer esquema "Ponzi". En la década de 1600, eran los "bulbos del tulipán". Siempre, y donde, alguna vez ha habido un pico en la "locura de los inversores," siempre ha habido alguien allí para satisfacer esa necesidad. También pasó con los ferrocarriles, bienes raíces, materias primas o la deuda de mercados emergentes; hoy en día está en los consejos de inversión.
La innovación más reciente en llegar al mercado es lo que se llama "Robo-Asesores." Robo-Asesores son una línea de servicios de inversión en línea que permiten a los individuos introducir en sus cuentas de inversión modelos de asignación de cartera con un proceso de reequilibrio automático. En la superficie, suena como una idea ganadora al gestionar carteras de bajo coste (se emplean ETFs de comisiones bajas) ligadas a índices ´de referencia, y con acceso inmediato online.
Debido al aumento de la liquidez y la subida de los mercados se ha creado una vez más la idea de que un "mono lanzando dardos" puede escoger acciones tan buenas como veterano asesor de inversiones. Por lo tanto, ¿por qué pagar los honorarios de un asesor si la compra de un fondo que replique a un índice con un coste muy bajo dará un mejor rendimiento? Es una pregunta válida. La historia, sin embargo, tiene la respuesta.
El problema de los Robo-Asesores está por venir, ya que hay una falta de coincidencia entre el concepto de "duración" que tienen los Robo-asesores y el comportamiento emocional de los individuos. El plazo de inversión de los Robo-Asesores es muy largo, ya que se basa en rendimientos históricos de los mercados. En teoría, el modelo es sólido. "Si" un individuo invierte en el modelo, "si" el modelo se reequilibra con regularidad y "si" se mantiene por un período de 20 a 30 años, dependiendo de en qué parte del ciclo de mercado comenzó, se habría comportado muy bien. Pero hay una gran cantidad de "si" en esta declaración.
Por desgracia, como se mencionó anteriormente, a pesar de que la mayoría de los individuos quieren ser inversores a largo plazo, la realidad es que su "largo plazo" dura lo que tarda el mercado alcista en darse la vuelta. Para poner esto en contexto, en la década de 1960 el tiempo medio se ha recortado a entre seis semanas y seis meses. Al comenzar la siguiente recesión, el dinero huirá de los Robo-Asesores en busca de contacto humano, asesoramiento y esperanza.
Ese es el ciclo de la innovación en el mercado financiero. A pesar de las mejores intenciones, y los avances en la innovación, los seres humanos siempre buscan a otros seres humanos en tiempos de angustia. La notoriedad creciente de los Robo-Asesores puede ser el símbolo de una "exuberancia de mercado."
Fuentes: Lance Roberts - StreetTalkLive