Sin pensar mucho, en el ejemplo anterior parece obvio dar por aconsejable la opción 2), ya que aún obteniendo una rentabilidad menor a la opción 1), disponemos de 5 meses y medio para lograr ese 6% que igualaría ambas opciones. Por una simple regla de tres, si en 15 días obtenemos un 4%, en 6 meses alcanzaríamos el 48%. Lástima que no sea tan fácil dicho cálculo, ya que existe otra serie de factores que influyen en los distintos timing de inversión.
Para comprender mejor este último punto, planteamos el ejemplo de 5 inversores, igualmente cualificados, pero que operan utilizando herramientas de análisis técnico diferentes:
Si hacemos independiente la habilidad de cada inversor y la suponemos igual para cada uno de ellos, probablemente la tasa de operaciones completadas con éxito para cada uno de los inversores seguiría la siguiente relación:
Tasa aciertos inversor 1 < Tasa aciertos inversor 2 < Tasa aciertos inversor 3 < Tasa aciertos inversor 4 < Tasa aciertos inversor 5
Para los no entendidos en expresiones matemáticas, la fórmula anterior simplemente estipula que a igual número de operativas realizadas, el inversor 5 completará un mayor número de operaciones con éxito, mientras que el inversor 1 será en que más errores deba asumir.
La gestión del timing mejora a medida que nuestra operativa lo hace. Una vez más, la operativa se convierte en algo fundamental a la hora de gestionar nuestras inversiones en Bolsa. Si planificamos estrategias de inversión de forma minuciosa y detallada, probablemente la ejecución de las mismas se lleve a cabo sin excesivas demoras. Comprar y dejar pasar el tiempo con el argumento: "ya subirá..." no viene a ser la opción más óptima.
Cuando asumimos pérdidas en el momento adecuado, en base a la operativa planeada, también conseguimos mejorar nuestro timing al disminuir la cuantía de las pérdidas y poder disponer de liquidez para nuevas operativas, permitiéndonos no dejar pasar buenas oportunidades de trading.
"En Bolsa todo es posible, incluso lo lógico". André Kostolany.