"Abrir el camino a la gobernabilidad"; así se titula un reciente artículo de análisis publicado por el FMI, centrado en el gobierno de los países emergentes asiáticos (¿me permiten que los denomine todavía así?) y el reto que tienen por delante para mejorarlo. ¿Qué en que consiste esta mejora? Hay cuatro principios generales que deben cumplirse:
1. Transparencia
2. Rendición de cuentas
3. Estado de derecho
4. Instituciones eficaces y legítimas
Una "mala" gobernabilidad sería negativa para el crecimiento, cuando la "buena" es fundamental para el desarrollo económico. Partiendo de una relación tan aparentemente sencilla, ¿por qué las economías de la región han crecido a ritmos de dos dígitos en los últimos 20 años casi triplicando su peso en el PIB mundial cuando su gobierno en general no cumpliría con los principios generales anteriores? Quizás la afirmación anterior precise algo más de concreción.
El punto débil del área es el aumento de la desigualdad en la distribución de la renta y riqueza durante el rápido crecimiento reciente. El fuerte es el aumento del PIB per cápita a ritmos del 9 % anual en el periodo considerado, acompañado del aumento de la educación, la caída de la mortalidad infantil e indicadores de subsistencia como el propio acceso a agua potable. Pero, de acuerdo con el indicador de gobernabilidad (IMG) del Banco Mundial, los países en desarrollo asiáticos son sólo marginalmente mejores a los del África subsahariana pero similares a los de Oriente Medio y Norte de África. Con la salvedad del bajo crecimiento y desarrollo de estos países, especialmente al compararlos con los asiáticos. Mejores en factores como la estabilidad política y ausencia de violencia, pero peores en rendición de cuentas, control de corrupción y en calidad del marco regulatorio.
¿Es Asia diferente? Me refiero a la relación entre desarrollo y buena gestión de gobierno. No, pero es importante considerar el propio nivel de desarrollo. Crecimiento y desarrollo precisan de una buena gestión del gobierno: eficacia, calidad del marco regulatorio, Estado de Derecho y control de la corrupción. Los países de bajo ingreso deben mejorar la eficacia gubernamental, la calidad del marco regulatorio, el Estado de Derecho y luchar contra la corrupción. Pero, a mayor ingreso es importante mejorar la calidad de la gestión en materia de participación ciudadana y rendición de cuentas. Los de alto ingreso se beneficiarán de una voz más fuerte de la ciudadanía, estabilidad política e instituciones de primer nivel (sistemas jurídicos eficaces, servicios de salud y educativos de calidad y sistemas financieros desarrollados). Naturalmente, el nivel de desarrollo también condiciona el éxito de las reformas de gobierno: pensemos en la corrupción, la falta de mercado, falta de eficiencia, seguridad jurídica, sanidad. De esta forma, profundizar en el desarrollo exigirá una mejora en la gestión del Gobierno; una mejora de la gobernabilidad se verá acompañada de una aceleración en el desarrollo económico.
Al final, se trata de mejorar el gobierno del área no tanto para impedir una marcha atrás en el desarrollo alcanzado como en mejorarlo y profundizarlo. Algunos economistas lo denominan la trampa de los ingresos medios. Pero, en el caso concreto de Asia, es fundamental que esta mejora del gobierno se traduzca en un descenso de la desigualdad considerando que los ritmos de crecimiento en el futuro serán menores que en el pasado reciente.