ABS (asset backed securities) es el acrónimo en inglés de valores respaldados por activos. Se trata de bonos o pagarés que están respaldados por activos financieros conformados, por norma general, por cuentas pendientes de cobro (sin incluir hipotecas). Estos pueden ser: tarjetas de crédito, autopréstamos o préstamos al consumidor.
Para los inversores, un ABS se torna una alternativa para invertir en deuda corporativa.
¿Qué tipos de activos respaldan a estos valores?
Los más utilizados son: préstamos, leasings, deuda personal y de tarjeta de crédito, bonos hipotecarios sobre inmuebles comerciales y residenciales, cobros pendientes (también de seguros, gasolina…) o royalties. En definitiva, cualquier activo que tenga flujo de ingresos puede ser un activo que respalde a estos valores.
¿Cuál es su rendimiento?
Está marcado por el precio de adquisición en relación con el tipo de interés, así como por el periodo de tiempo en que el capital se encuentra pendiente de pago, igual que con otros valores de Renta Fija. Eso sí, en este caso concreto, es necesario tomar en cuenta las suposiciones de los pagos anticipados a la hora de determinar el posible rendimiento de una determinada emisión.