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Los golfos apandadores

por Vindicator Hace 10 años
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Cuando era niño, en plena época del desarrollismo franquista, a veces conseguía que me compraran un tebeo de segunda mano en El Rastro, y me gustaban en particular las historietas de la factoría Disney. En algunas de ellas aparecían unos personajes curiosos con antifaz y gorra de transportista, que se llamaban los “Golfos Apandadores” (“beagle boys” en su versión original), y cuyo objetivo principal era quedarse con el dinero del Tío Gilito (“Scrooge McDuck” en versión original). Las historietas no eran nada del otro mundo, pero comparadas con “Roberto Alcázar y Pedrín” o con “El Guerrero del Antifaz”, eran casi un lujo.

Dicen que cuando vas cogiendo años, al final recuerdas más las cosas que te ocurrieron en tu primera etapa de la vida, que aquellas que son más recientes. Es posible, pero a mí lo que más me preocupa ahora, y probablemente tenga que ir a contárselo a mi psicoanalista, es que cada vez que veo el Telediario y salen políticos en la pantalla, me viene la imagen de aquellos depredadores del Almacén de Dinero del Tío Gilito.

Pues bien, todo esto viene a cuenta a raíz de la vergüenza ajena que algunos sentimos cuando tienen que venir de Bruselas a sacarnos los colores y decirnos que en datos autonómicos les estamos engañando, y que en la Comunidad Valenciana hay nada menos que 1.864 millones de euros que se han gastado y que no se han reflejado en las cuentas. Y todo ello, después del escándalo de Gowex, del de Pescanova, etc., cosas todas ellas estupendas para vender la “marca España”.

¿Cómo es posible que los Tribunales de Cuentas españoles no detecten estas cosas? ¿O es que las detectan, y se les dice que miren para otro lado? ¿Qué sabe el Sr. Camps del Sr. Rajoy para que haya instrucciones de protegerle contra viento y marea, a pesar de todo lo que llevamos visto de este siniestro personaje?

Cuando en el mundo de la empresa privada, un directivo llega nuevo a una entidad que tiene dificultades y que ha cesado al directivo anterior, lo primero que hace es encargar una auditoría de cuentas, para que quede constancia de cómo ha recibido el “legado” de su antecesor. Aquí, en España, se recoge el cetro (porque, no nos engañemos, todo va de dinámica del poder), y a seguir en el “machito”. Como a fin de cuentas, nunca pasa nada.

Me parece increíble que el Sr. Fabra no tenga nada que decir de este tema, y que su Consejero de Hacienda afirme que "se ha hecho un esfuerzo tremendo en materia de transparencia, orden, rigor y disciplina en las cuentas públicas". ¡Tan difícil es hacer una auditoría privada a las cuentas de la Comunidad Valenciana y, ya de paso, del Ayuntamiento de Valencia! ¿O es que los españoles no tenemos ya derecho a leer las historietas de los Golfos Apandadores?

Si los técnicos de Bruselas han podido detectar desde 2.000 kilómetros algunas “irregularidades”, ¿cuántas más habrá? ¿Sigue sin tener nada que decir el Gobierno de lo que pasa y ha pasado en Valencia? El presidente de Gowex ha falseado las cuentas y ya está en manos del juez. Sin embargo, el Sr. Camps que ha tenido durante años la Comunidad Valenciana como si fuera su cortijo y la ha llevado a la quiebra, sigue luciendo palmito por las soleadas calles levantinas con unos trajes estupendos. ¿No tiene nada que decir el Fiscal General del Estado? ¿No hay suficientes indicios para que al menos se realice una investigación de oficio de los últimos diez años de desmanes en la capital del Turia?

La democracia es algo más que meter votos en una urna. Es un sistema para que el pueblo se gobierne a través de unos representantes elegidos, los cuales se deben a los ciudadanos, y no a sus amigos. Mientras no entendamos eso, seguiremos siendo el “patito feo” de los países europeos, y la marca España no despegará; es más, se hundirá irremisiblemente, como ya parece que lo está haciendo incluso entre los países latinoamericanos.

En estos momentos, en los que todos, salvo el ego del Sr. Rajoy, sabemos que no volverá a gobernar este país, es preciso que hagamos una profunda reflexión de lo que representa para los ciudadanos vivir en un país democrático. Las libertades no son gratis. Hay que luchar cada día por ellas. No podemos adocenarnos en un sofá viendo programas impresentables de televisión y mirando para otro lado. Los americanos, ingleses, alemanes, holandeses, etc., no son más listos que nosotros, pero se toman sus deberes democráticos de una manera muy diferente al pasotismo español. Tenemos que reaccionar o nuestro futuro no pasará de servirles a los demás europeos cervezas en las terrazas con salarios tercermundistas.

La nueva España debe salir de 2015 completamente regenerada, con caras nuevas, con personas en los cargos públicos que tengan espíritu de servicio a la comunidad. Es posible que si ello llega a ocurrir, deje de sentirme como el Tío Gilito, y pueda reducir el coste de las facturas del psicoanalista.


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